Cancer se veía preciosa en aquel vestido rosa palido y su gorrito gris en el cabello. Ella siempre luce tierna y delicada, muy femenina.
Y yo la admiro por eso. Es diferente a las demás, ahora todas quieren ser "rudas" o se visten como hombres. Pero ella... Ella era genuina.
—Hey. - ella se me acercó y besó mi mejilla, yo disfrute el olor de su perfume.
—Hola, Can.
—Te quería pedir un favor. - ella bajó la mirada avergonzada.
—Dime...
—Ese chico de ahí me invitó a salir, pero... Yo no sé qué ponerme.
Yo miré a quién ella señaló, y me enfurecí. Me enfurecí porque era un imbecil con las mujeres y con Cancer no sería diferente.
—¿Aries?
Yo la miré de nuevo a ella.
—¿Estás bien?
Cancer me preguntó. Yo asenti con la cabeza.
—Te puedo llevar de compras.
Ella me abrazó. —¡Eres el mejor!
Yo no le correspondi el abrazo. Más que todo porque a veces me cuesta sacar mis sentimientos, y si la abrazo sé de sobra que no la soltaré.
—Vamos, te acompaño a tu clase.
Ella era dos años menor que yo.
La lleve a la puerta de su aula y luego me fui, me fui a buscar a ese imbecil que la invitó a salir. Lo encontré apoyado en su casillero.
Yo me acerqué a él y me apoyé en el casillero de al lado. —Escuché que invitaste a Cancer a salir. - lo miré fijamente con el ceño fruncido.
—¿Y qué? - él me miró extrañado.
—Que no me caes bien, así que le dirás que se cancela la cita. No saldrás con ella.
Me crucé de brazos y le hablé con el tono más rudo que tenía.
—Tú no puedes hacer eso. - él frunció el ceño.
—Claro que puedo y si no es por las buenas, será a mi manera. - sonreí de lado. Él pareció pensarlo.
—¡Bien! Lo haré. Pero no puedes controlarla todo el tiempo. -el murmuró mientras se iba.
—¡Cancela en el próximo receso!
Yo le grité y me fui a mi clase satisfecho.
***
Estaba almorzando con mis amigos cuando sentí a alguien a mi lado. Cancer me abrazó y ocultó su rostro en mi pecho.
—¿Qué ocurre? ¿Alguien te hizo algo? - yo me enojé de inmediato.
—No no... Lo que pasa es que Capricornio canceló la cita.
Yo sonreí. Uno de mis amigos me miró negando con la cabeza.
—Anda, no estés triste. Te invito al cine esta noche.
—¿De verdad? - ella sacó su rostro de mi pecho y me miró con sus ojitos brillantes. Yo sonreí y asenti.
—Sí. Pero primero te llevaré de compras, después de clases.
Ella se sorprendió bastante y luego me abrazó aún más fuerte. —Gracias gracias.
Yo solo besé su frente con discreción.
***
—¿Qué tal me queda esto? -ella salió del vestidor con un vestido nuevo.
Yo sonreí. —Igual de bien, todo lo que te pruebas te queda bien.