Él estaba sentado en la mesa de la oficina de ella, golpeando con su dedo impaciente la madera.
¿Por qué tardaba tanto?
Siempre le desesperaba eso de Cancer.
Unos minutos pasaron para luego escuchar como la puerta fue abierta. Unos tacones anunciaron sus pasos hasta que apareció en el campo de visión de él.
—Escorpio. - ella habló, tomando asiento en frente de él.
—Cancer. - él la miró, hace meses no la veía, sus lentes solo la hacían ver mejor, a Escorpio siempre le encantó ese estilo de empresaria sexy.
—¿Cómo has estado?
—¿Por qué no vas directo al grano?
Ella sonrió de lado. —Si así lo quieres, no has cambiado nada.
—¿Por qué cambiaría?
Ella sacó de su maletín unos papeles que ojeó rápidamente. Luego se los tiró al frente de Escorpio.
—El divorcio. Han pasado meses y no vi que tu hicieras algo al respecto sobre esto así que yo lo hice.
Divorcio.
Escorpio sintió un vacío.
—¿Qué?
—¿Estás sorprendido? - ella alzó una ceja.
—¡¿Por qué no me dijiste antes!?
—¿Por qué lo haría? ¡Se trata de un divorcio!
Cancer rodó los ojos.
—¡No hagas eso! ¡Odio que hagas eso!
¡Odio que siempre hagas lo que quieras y luego ruedes los ojos y ah! - él se puso de pie con enojo. —Siempre te sales con la tuya.—No hagas escenas, Escorpio.
Ella se cruzó los brazos y se apoyó en su silla.
—¡Maldita sea, Cancer!
—¿Terminaste? - ella miró sus uñas pero muy pronto sintió los brazos de Escorpio apoyarse en su silla con fuerza. Cancer levantó la mirada y lo vio muy cerca, el rostro enojado de él.
—¿Tu terminaste?
Ella frunció el ceño.
Se miraban directamente a los ojos.
—Escorpio...
—Escorpio nada, Cancer. Tu no estás segura de divorciarnos. Lo sé.
—¡Oye! ¡No trates de manipularme, siempre lo haces!
Ella lo enfrentó, con su ceño más fruncido, acercando su rostro agresivamente.
Él sonrió con suficiencia.
Lo había logrado, siempre lograba manejar a la cangreja. Ahora la tenía como la quería, cerca.
Escorpio rápidamente le quitó los lentes y los puso sobre la mesa.
—¡Oye! -iba a insultarlo pero Escorpio chocó sus labios con los de ella, robándole un beso.
Ellos siempre han tenido esa chispa que cualquier pareja desearía.
El beso fue apasionado, con mucha fuerza. Meses de no tocarse.
Escorpio jaló de los brazos a Cancer y la puso de pie, la apego a su cuerpo y la abrazó.
Ella por su parte empezó a desabrochar la camisa de él.
Pero en ese instante un celular sonó entre sus cuerpos.
Se separaron y Cancer lo miró.
—Es el tuyo. - susurró.
—Déjalo así. - él quiso besarla de nuevo pero Cancer se alejó.
El suspiró y sacó su celular y contestó.
El volumen de la llamada estaba muy alto, Cancer escuchaba la voz femenina del otro lado.
Escorpio la miró, y se dio cuenta que estaba en serios problemas.
Cancer le sonrió con falsedad y cogió sus lentes para volverselos a poner.
Cuando Escorpio terminó la llamada, guardó su teléfono y la miró. —Ella no es lo que crees.
—No, para nada. - sonrió —Solo firma esos papeles y ya.
—Cancer, no es nadie.
—¡Claro que no es nadie! Solo te llama amor porque claramente eres un amor.
—¡Basta! No firmaré esos papeles.
—¡¿Por qué no aceptas que esto no funciona?! ¡Dejó de funcionar hace mucho tiempo!
—¡No es cierto!
—¡Vamos Escorpio! Firma esa mierda y serás libre para todas esas idiotas que hacen fila para estar contigo.
—¡No! - él cogió los papeles y los rompió por la mitad. —¡No me casé para luego divorciarme!
—¡IDIOTA! - ella gritó histérica.
—¡Nunca he estado con nadie más, y no lo estaré Cancer!
Ella trató de tranquilizarse pero lo único que logró fue romper en llanto.
Escorpio quedó anonadado. Cancer no era de las que lloraban.
Ella se quitó los lentes y los tiró en su escritorio, para luego taparse la cara.
Él se acerco a ella lentamente.
—Can...
—¡No me digas Can! ¡Mi matrimonio es una mierda! ¡Va a nacer en una relación de mierda!
Escorpio se congeló. —¿Qué va a nacer? ¿Quién?
Ella lo miró con esos ojos llenos de lágrimas.
—Estoy embarazada. ¡Maldita sea!
—¿Me fuiste infiel? ¿Por eso pediste el divorcio?
—¡¿Qué?!
—¡No tenemos sexo hace...!
—ES TUYO MALDITO IMBECIL.
Escorpio la miró pero ella solo se abrazó con tristeza y siguió llorando.
—¿Por qué estoy llorando?
—¿Seré padre? - él murmuró.
—Deben ser las malditas hormonas.
—¿Tu serás la madre? - Escorpio murmuraba con la vista perdida.
—Escorpio ya vete. - ella caminó a su escritorio y se sentó en su silla, con su mano tapándose los ojos y calmandose.
Poco después sintió unos brazos en sus piernas, quitó sus manos de su vista y vio a Escorpio arrodillado frente a ella, con sus manos extendidas por su falda.
—Seremos padres, Can.
—¿En verdad lo seremos?
El subió su mano hasta tocar el vientre de ella.
—No me voy a divorciar, menos ahora que tendremos un bebé. Trabajaremos en esto juntos, ¿ok?
—Ya lo hemos intentado muchas veces. Siempre peleamos, Escor.
—Las reconciliaciones son la mejor parte. - él sonrió travieso.