—¡Que no! ¡Ya deja de... Ya deja de molestar con eso!
Cancer estaba roja de la vergüenza.
—¿Qué hacen?
Aries llegó a la mesa y tomó asiento con sus amigos.
—Molestamos a Cancer con su admirador secreto.
—¿Cuál admirador?
Él miró a Cancer y frunció su ceño. Ella negó con la cabeza.
—¿No sabes? Un chico de primero le manda mensajes de amor todos los días. ¡Y Cancer los ama!
—¡No es cierto! - ella le tiró una papa frita a Tauro por divulgar todo.
—¡Claro que sí! - Leo rió. —Hace cinco minutos leíste el que te mandó y te sonrojaste. Apuesto a que te imaginas quién podría ser.
—Sé quién es.
Ella susurró pero al instante se arrepintió.
—¿Disculpa? - Aries levantó la voz. —¿Sabes quién es?
Ella bajó la mirada.
–¡Oh por Dios!
Tauro rió.
—¡Y te gusta! Te gusta tanto y por eso no lo bloqueas.
—No es cierto... Ya déjenme en paz.
Ella se puso de pie. —Los veo luego.
—¡Traviesa!
Le gritó Leo con burla.
Cancer se mordió su labio y caminó lejos de la mesa de sus amigos. Había metido la pata.
***
Estaba con su celular mientras guardaba sus cosas en el casillero cuando sintió cómo se lo arrebataban. Ella entró en pánico y miró a su lado para ver a Aries con el aparato en manos.
—¿Estás leyendo sus mensajes?
Él preguntó sin emoción alguna en su voz.
—Dame eso, Aries.
—No. Quiero saber quién es el bastardo que te manda mensajes.
—¡No! ¡Dámelo!
Él la miró y alzó una ceja. Le devolvió el celular, ella lo tomó y se lo guardo en su bolsillo.
Aries se acercó más a Cancer, la tomó de la mandíbula y acercó su rostro.
—¿Te recuerdo a quién le perteneces?
Murmuró. Se miraban fijamente.
—¿Te recuerdo el sonido que hacías anoche mientras yo estaba dentro de ti? ¿Como tu piel se erizaba y susurrabas mi nombre?
Cancer lo apartó de su cuerpo. —Controlate, cualquiera puede vernos.
—¡Me vale mierda ya! ¿Crees que dejaré que alguien más tome lo que es mío?
—¡No soy un premio! ¡No soy un pedazo de carne!
—Eres mía, y yo soy tuyo.
Él murmuró, luego dio la media vuelta y se fue.
***
—¡Adivina qué hice, Cancer! - Leo canturreó cuando llegó a la mesa con Aries, Tauro y la cangreja.
—¿Qué? - ella preguntó desanimada. Aries había estado ignorandola.
—Me enteré quién es el chico de los mensajes. Es muy atractivo, sí. Y anda por ahí diciendo lo mucho que te adora.
