Cuatro meses después.
Era 24 de diciembre cuando Cancer esperaba fuera de su casa. Eran aproximadamente las 7 de la noche cuando una camioneta se estacionó en frente. Ella se acercó con una gran sonrisa y entró en el asiento de copiloto.
-¡Hola!
Ella se acercó a él. Aries la miró de arriba a abajo.
-¿Qué pasa?
Ella preguntó confundida.
-Vas demasiado arreglada.
Él la besó fugazmente en sus labios rojos.
-Solo planche mi cabello, y me maquille un poco... - ella frunció el ceño. -¿Hice algo mal?
-No, para nada. Todo lo hiciste bien porque te ves perfecta.
Él sonrió. Cancer asintió no muy convencida.
-Es solo que... No te arreglabas así para salir conmigo.
Él murmuró encendiendo el auto.
Desde el día que terminó con Leo, ellos se seguían viendo. Aunque Aries aún no le ha pedido ser su novia oficialmente. Y ella, por otro lado, no quería presionarlo.
-¡Eso no es cierto!
Cancer reclamó. -¿Además, qué insinuas?
-Lo siento, lo siento. Solo que pienso que te arreglaste porque es la primera vez que ves a Leo en meses.
Cancer lo miró incrédula.
-No puedo creer que pienses eso. Me quise arreglar bonita porque veré a tu familia otra vez y probablemente me odian, y quería darles una buena impresión, otra vez.
Aries suspiró.
-Lo siento. - él tomó su mano y la llevó a sus labios para besarla. -Estás preciosa.
-Además, mi familia no te odia... Bueno, mis abuelos no te odian, solo mis tíos y... Leo.
Cancer se encogió de hombros.
-Nunca me cayeron bien de todos modos. - ella murmuró, Aries rió.
***
—Hoy hace más frío que nunca.
Cancer murmuró tratando de pensar en otra cosa.
—Adentro estará caliente.
Ella asintió ante su respuesta.
-¿Lista?
Aries le ofreció la mano.
Cancer sentía su estómago revolcarse, sin embargo asintió y la tomó. Aries la aferró a él y la llevó a la entrada de la casa.
Abrió con su llave. En primera instancia, se escuchaba música navideña, algunas risas de fondo.
Cancer empezó a sudar.
-Hola abue. - Aries saludó acercándose a su abuela.
Ella cuando vio a Cancer sonrió inmensamente.
-¡Cancer querida! ¿Cómo estás?
Ella la abrazó gentilmente.
-Hola, muy bien, gracias por invitarme. - ella le sonrió. Pronto sintió que más personas la miraban.
-No es nada. ¡Aries no para de hablar de ti! Lo tienes enamorado, ¡y eso no es normal!
-¡Abue, deja de delirar! - Aries la apartó con una risa nerviosa.