Cancer se despertó confundida. Ya había amanecido. Ella hizo una mueca, se había dormido un par de horas más. Se enderezó en el colchón sólo para darse cuenta que estaba sola, desnuda y enredada entre las sábanas.
—¿Escorpio?
Ella llamó pero nadie le contestó de vuelta. Se levantó algo decepcionada y fue al baño. Tomó una ducha, se vistió, se maquillo y se perfumó.
Estaba frente al espejo peinando su cabello cuando la puerta fue tocada. Ella dejó lo que hacía para ir a abrir.
Leo al mirarla sonrió inmensamente.
—¡Mi reina! Espero que haya descansado muy bien.
Ella sonrió. —Buenos días.
—Solo quería venir para avisarle que el rey tuvo que salir un momento y que volverá más tarde.
—Oh... - ella frunció el ceño.
—Sí. Y mientras él está afuera, me gustaría que usted y yo hablaramos de otro tema.
Él entró a la habitación y cerró la puerta. Ella dio unos pasos atrás confundida.
—No se preocupe mi reina. Vengo a advertirle de algo. Ya que ha sabido ganarse el corazón de todos, excepto el de Escorpio.
Ella frunció el ceño.
—No lo tome a mal. Él es así de... Filoso.
—¿Disculpe?
—No es por lo que vengo, de todos modos. - él suspiró. —Quiero decirle que su reino, el norte será destruido. Escorpio siempre lo planeó así, no quería reinar dos castillos. Quería vencer al norte de una vez por todas.
—¿Qué? - Cancer sintió un vacío en su pecho.
—Es por eso que te trajo hasta aquí. Para matar todo lo que esté allá, que no quede nada. Y que tú sufrieras lo que él sufrió.
—No estoy entendiendo nada.
—Verás, mi reina. - él se acercó a ella y suspiró. —Cuando Escorpio tenía 10 años, tu padre mandó a matar a toda la familia real del sur. Asesinaron a los padres de Escorpio, a sus tíos, a todos. Escorpio sobrevivió porque jugaba en bosque cuando pasó el ataque. ¿Entiendes? Escorpio pasó a ser rey con muy poca edad, y tuvo que aprender a sobrevivir solo. Desde entonces ha planeado, ha esperado el momento justo para vengarse.
Cancer estaba sin habla, sorprendida. Leo llevó su mano a la mejilla de ella y la acarició.
—Él solo quiere hacerte sentir lo que él sintió al perder todo lo que amaba. Quiere saciar esa sed de venganza.
—Es imposible....
Ella susurró bajando la mirada.
—Pero no es tarde mi reina. Yo le puedo ayudar a escapar de aquí. Escorpio no atacará si tú no estás a su lado. Puedes alertar al norte. No todo está perdido.
Ella levantó la mirada y vio a Leo fijamente. Tenía los ojos llorosos.
—Mi reina, no llore. - él besó su mejilla suavemente.
—¿Qué hago? - ella susurró.
—Déjeme ir a hablar con cierta gente, tengo contactos que te pueden llevar en barco. Es más rápido. Escribirás una carta y se la enviaremos a tu padre. Escorpio no volverá hasta más tarde, así que empaca todo lo que quieras llevarte.
Él se alejó.
—¿Confías en mí?
Cancer soltó unas lágrimas. Ella lo miró rendida. Asintió con su cabeza.