Hola.
Les recomiendo releer la primera parte si no se acuerdan muy bien. Moví la parte 1 atrás de ésta. 👀
[...]
Cancer movía su pierna incesantemente. Mordía sus uñas y miraba hacia el pasillo. Ya habían comenzado las clases y no sabía qué había pasado con Capricornio.
Gracias a que Libra le puso un msj, sabía que lo habían llamado a la oficina del director.
Eso era justo lo que no quería
Generarle problemas.Observó una mujer pararse frente a la entrada del aula. Ella miró a la profesora.
—Buenos días, quiero llevarme a Cancer a la oficina del director.
Cancer se sobresaltó.
—Cancer ya la oíste. Acompañala.
—Y trae tus cosas.
Cancer recogió su cuaderno y libro bajo la mirada de todos. Mierda. Posiblemente hasta ella tendría problemas.
Con su mente llena de pensamientos preocupantes, se levantó de su asiento, tomó su bolso y salió. Acompañada de la mujer.
Cancer fue guiada a la oficina del director y al entrar, notó a Capricornio ahí sentado con la mirada baja.
—Buenos días, Cancer. - el hombre detrás del escritorio la saludó. Luego miró al chico sentado. —Capricornio, puedes irte. Espera sentado afuera hasta que te vuelva a llamar.
El mencionado asintió y en silencio salió de la habitación. Mirando de reojo a la cangreja. ¿Qué significaba esa mirada?
Cancer se sentó donde estuvo él y miró nerviosa al director.
—Hemos sido avisados de varios accidentes que han pasado fuera de la institución. ¿Sabes de qué hablo?
—Supongo que sí. - ella movía su pierna y mordía su labio nerviosa.
—Los padres de Géminis están indignados porque un estudiante lo golpeó en más de una ocasión. Y parece ser que la razón de ese comportamiento es usted.
Ella frunció el ceño.
—Capricornio solo me defendía.
—Eso quiero escuchar, su versión de la historia. Porque sinceramente lo que me dijo Capricornio me dejó preocupado, y si esto es cierto y hay más testigos habrá un proceso judicial.
Ella lo miró perpleja.
—Así que empiece por contarme que sucedió en la primer fiesta que usted asistió.
Ella empezó a jugar con sus manos.
—Géminis me invitó a ir con él en la fiesta. Yo no conocía a nadie más, pensé que era una buena forma de socializar y tal vez hacer amigos. Pero... Él insistía mucho con los tragos y llegó a un punto que mi cuerpo no me hacía caso. Perdí la conciencia y lo último que recuerdo de esa noche fue a Géminis subirme por las gradas de la casa.
Ella desvió la mirada. —Solo tomé alrededor de cuatro tragos, y no eran tan fuertes. No es la primera fiesta a la que asistía.
—Entonces ¿a qué vas con eso?
Él apuntaba algo en una libreta. Ella mordió su labio.
—Desperté la mañana siguiente en la casa de Capricornio. Me sentía muy mal, no recordaba nada, estaba asustada. Y Capricornio me cuidó, junto con su hermana y mamá. Ellos me hicieron entender que posiblemente fui drogada sin mi consentimiento.