Lo peor de ser tímida es que pasas desapercibida. Y eso se vuelve una ventaja. Al ser desapercibida, te vuelves observadora, detallista. Notas muchas cosas que no nota alguien que esté en el centro de atención.
Como por ejemplo, Géminis y Libra siempre se pasan papelitos en clase, o que siempre usan el mismo labial. Virgo es demasiado nervioso y siempre le tiembla la pierna izquierda, o que Leo es tan necesitado de atención que no para de hablar y meterse en problemas.
Cancer conocía a todo su salón a la perfección.
Pero de todos los que podía observar, ella miraba a Capricornio. Un chico de último año que tomaba esa clase con ella. Era tan atractivo, con su cabello negro y sus ojos claros. No parecía ser el típico idiota popular. Y sí que era popular, las fiestas de los viernes siempre eran en su casa porque sus padres nunca estaban. No era el Cliché que siempre jugaba algún deporte o era el capitán de algún equipo. No, Capricornio era algo diferente. Más normal, era de los que pasaba con sus amigos y no se creía mejor que nadie. Aunque tiene cierta reputación de no meterse con él, porque aunque no hay pruebas de que ha tenido alguna pelea, él se veía grande y un poco intimidante.
A veces Cancer creía que no parecía de su edad.
Y ahí se encontraba ella, perdida mirando a Capricornio concentrado anotar lo que estaba en la pizarra.
Ella se consideraba muy inferior, es decir, tiene cuerpo de niña, incluso su rostro era muy infantil a su parecer. Nunca ha tenido su primer beso, nunca ha tenido una cita.
Y esas son las razones por lo que alguien como Capricornio jamás se fijaría en ella. Además de que él tiene novia, por supuesto.
Aunque eso no evita que ella se ilusione y se imagine una vida junto a él.
¿Qué se sentirá ir de la mano de él por los pasillos del colegio? ¿O qué dirá su mamá cuando lo vea? ¿Durarían meses o años o incluso hasta siempre juntos? ¿Como sería despertar a su lado? ¿O cómo se vería su cabello cuando despierte? ¿Como sonará su voz por las mañanas?
—¡Cancer!
El grito la asustó tanto que pegó un brinquito. Desvió su mirada a la profesora y la miró alarmada.
—¿S-si?
—Ya que está poniendo taaanta atención. - su sarcasmo la avergonzó. —Pase a la pizarra a responder las preguntas que están ahí.
El pánico la inundó. No sabía que hacer, sus piernas le temblaban, ru rostro estaba rojo.
—Cancer, para hoy.
La profesora se cruzó de brazos.
Pero Cancer no podía, no no, que vergüenza. Ella negó con la cabeza incapaz de hablar.
—¿Como que no? ¿Quieres ir a detención?
Todos miraban a Cancer y ella se encogió en su asiento con la vista en sus manos.
—Ok, te ganaste una hora de detención.
La profesora llenó una boleta y se la hizo clavada en su pupitre con su mano, se inclinó a ella y murmuró.
—Deja de fantasear en mi clase.
Cancer se mordió su labio tan avergonzada.
La maestra se alejó. —¿Alguien puede pasar al frente a responder las preguntas?
—Lo haré yo. - la voz ronca de Capricornio. Cancer lo miró de reojo, él se puso de pie y pasó al frente.
—Gracias. Al parecer no todo está perdido. -la profesora murmuró.