Cancer estaba muerta de rabia. Le habían puesto una venda en los ojos y le habían amarrado las muñecas. La conducían quién sabe dónde, solo sabía que eran varios hombres.
-Esta chica estaría perfecta en el sótano.
-¡Pienso lo mismo!
-Haría buen dinero.
La empujaron mientras se reían. Ella gruñó.
Escuchó una puerta abrirse. Siguieron caminando hasta que la obligaron a sentarse en una silla.
Le amarraron los tobillos y luego escuchó más comentarios idiotas.
-¡Callense!
La voz de Acuario se escuchó algo lejana. Los hombres hicieron silencio y luego oyó las pisadas de alguien acercándose a ella.
Sintió unas manos quitarle el micrófono que llevaba escondido entre la ropa. Escuchó unas risas y unas pisadas alejarse. Luego sintió como levantaron un poco el vendaje de sus ojos. Ella tenía el rostro de Acuario cerca.
Él sonreía.
-Hola, oficial.
-Eres un imbécil. Cometiste un error.
-¡Por favor! ¿¡De verdad creíste que yo vendería a mi jefe!? Amo este casino, la paga es muy buena.
-¡¿Qué hay de toda la información que diste?! ¡Eso te hace un traidor!
-Toda la información que les di fue falsa. Excepto algunas cositas. Algo tenía que parecer cierto, ¿no? - él se alejó riendo.
Ella pudo contar seis hombres detrás de él.
-¿Todos los nombres que te di? Falso. ¿Las invitaciones? Falsas. Aquí no se trabaja con invitaciones, cariño.
-¿Qué?
Ella frunció el ceño. Estaba enojada, muy enojada
Se dejó llevar con la información que Capricornio le había dado del caso. Pero ella nunca lo estudió más a fondo. Confió en él y en Tauro.
En realidad los engañó a ellos. Ella solo hacía el papel de intermediaria entre un delincuente que se negaba a cooperar y unos agentes que no pudieron con él.
-¿Dónde están Capricornio y Tauro?
-Los tengo en una sala aparte. - él sonrió. -¿Sabes las ganas que tengo de desquitarme con esos idiotas? ¡Estuvieron jodiendome demasiado!
Acuario parecía disfrutar verla ahí.
-Además, si hablamos de traidores... Esa eres tú. ¿Les contaste qué hicimos ayer? ¿Una y otra vez? ¿Lo anotaron en el expediente del caso? - él se echó a reír. Varios hombres atrás se le unieron.
-Eres un imbécil.
Cancer gruñó.
-No importa qué hagas. Hay un equipo de policía listo para entrar a la fuerza si es necesario.
Era cierto. Tenían un gran equipo esperando una orden. Y si no hay ninguna dentro de una hora, entrarían a la fuerza.
-Lo sé. Pero descuida, también estamos preparados para eso.
Acuario vio su reloj. Luego se acercó a ella y volvió a colocarle las vendas en los ojos.
Al terminar se alejó.
-Se quedan dos a vigilarla. Cualquier cosa me llaman.
Escuchó unos pasos.
-Oh. Y si le ponen un maldito dedo encima los mato.