-¿Lista?- Preguntó Lisa mientras giraba las llaves del auto de la familia Kim en su dedo índice, Jennie volteo a ver a Lisa y abrió ampliamente los ojos mientras en su rostro se reflejó sorpresa.
Ambas chicas se encontraban frente a la morada de la familia Kim, eran aún de mañana, el día estaba comenzando y al igual que el día ambas chicas destellaban luz y felicidad de estar con la otra, Lisa se había centrado en hacer sentir bien a la morena, el desayuno había sido el paso inicial, después de eso había preparado una bañera perfectamente aclimatada (temperatura y decoración: algunas burbujas de colores y fragancias); hubo una hora en la que ambas chicas habían compartido la emoción de la música y el baile en la habitación donde dormían, canciones llenas de ritmo y hasta ahora una de las mejores maneras que había descubierto Jennie para empezar un día.
Claramente hasta el momento Lisa tenía todo en control y sobrellevaba su plan de la mejor manera, aunque aún quedaban bastantes momentos dignos de recordar.
-¿Como conseguiste que papá te prestara su tesoro más preciado.? -La morena preguntó subiéndose a el vehículo.
-Puede que haya colocado mi firma en algún documento que avala que pagaré cada mínimo daño si algo les sucedes a sus tesoros o maybe not. -Lisa dijo para después colocar su mano en su boca copiando la cara de sorpresa que anteriormente Jennie había hecho.
-Espero que sepas lo qué haces Lili. -Jennie se colocó el cinturón de seguridad y recargo su cuerpo en la puerta del copiloto observando a la tailandesa con una sonrisa.
-Se muy bien lo que hago y haré hoy. -Lisa contestó segura y volteo el rostro ahora viendo la sonrisa de Jennie. -Ya se que te gusto pero puedes borrar tu sonrisa de boba mientras conduzco, podríamos morir si me distraigo.
-¿Lo... lo sabes? -Jennie pregunto con cierto nerviosismo y vergüenza.
-Lo descubrí hace algo de tiempo, se puede decir que siempre tendré la fidelidad de Rosie, pero no te preocupes hablaremos de eso mucho más tarde, ahora... -Lisa aplaudió y encendió el auto. -Aventura número uno y el paso número cuatro, si es que no estoy mal. ¡Allá vamos!-Una sonrisa aprecio en el rostro de ambas chicas.
-Lo tienes todo planeado, ¿No es así? -Jennie colocó su mano sobre la de la tailandesa en la palanca de velocidades del auto y la apretó suavemente .
-Más que planeado, hoy va a ser el mejor día que tendrás en tu vida, a menos que te cases, tengas hijos o tal vez tú luna de miel pero esos son temas aparte. -Lisa dijo terminando en la risa de ambas.
El recorrido se volvió plenamente ameno, las bromas seguidas a risas, tímidos coqueteos y algún mini-concierto por parte de alguna chica habían hecho que el momento fuera agradable.
-Y aquí estamos, primera parada, un museo de arte de todo tipo, digno de una amante y artista como tú, pero que también cuenta con un taller de arte por si quieres pintar algo que tome poco tiempo pues todo lo tengo relativamente medido. -Lisa dijo una vez abriendo la puerta del copiloto encontrándose con la morena y su bella sonrisa, Lisa le guiño el ojo antes de tomar su mano.
Frente a las chicas estaba un museo con una de las estructuras arquitectónicas más llamativas, el diseño de este parecía más un castillo, contaba con pilares cubiertos con algo reflejante y luminoso similar a el mármol, sus colores eran variantes en blanco, gris, hueso y beige.
Una vez en la entrada el camino de ambas jóvenes fluyó en cuanto a arte, iniciaron por los pisos de óleos, encontraron miles tipos de estos, miles de técnicas y emociones que estás pinturas expresaban. Amabas chicas analizaban, admiraban y trataban de ver más allá de cada pintura; tomaron cientos de fotos a las que les gustaron y también posando frente a varias. Una pieza que les había llamado bastante la atención fue, El estudio por Fernando Botero: Una pintura que gracias al propio estilo del autor mostraba una mujer obesa completamente desnuda posando frente a un pintor.

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HURT ME (Jenlisa)
FanfictionEs devastador darse cuenta de que quizás el amor de tu vida, es la persona que estuvo a tu lado todo el tiempo, pero que por estupidos pleitos y disputas, te empeñaste a evitarla como si tu vida dependiera de ello, aquella persona que creías tu polo...