Lisa despertó a la mañana siguiente, después de lo que parecía una larga noche. La noche anterior se había martirizado con el lento paso del tiempo, después de todo cuando te sientes sola este suele ser más opresivo o lo fue hasta que una hermosa Neozelandesa llegó a su habitación con la intención de un maratón de películas navideñas que obviamente la hicieron reaparecer su felicidad perdida.
Se levantó de la cama, estiró sus músculos y sus huesos hasta escuchar algunos tronar para así ir directamente al baño y después llegar a la pequeña sala.
Por los últimos días se había empeñado en buscar su pequeña dosis de felicidad diaria que las significativas cartas de su amada le otorgaban al crearle un pequeño mundo imaginario para después dejarla caer a su realidad, las cuales para su mala suerte no siempre aparecían abajo de su puerta a primera hora del día, si no que solían varían entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde como era en este día.
Lisa tomó su botella de agua de una de las puertas del mini refrigerador de la sala para desaparecer su sed, estuvo apunto de darle un trago pero se detuvo cuando escuchó unos golpecitos en la puerta. Se dirigió a abrirla y se sorprendió ante tal individuo de cabello castaño.
Colocó sus ojos completamente en blanco. -¿Que se supone que estás haciendo aquí? ¿No tenías un viaje con tu papá a Nueva York? -Cruzó sus brazos y se apartó de la puerta dejando pasar a su "amado" novio.
Jackson se apresuró a evitarle el paso con su cuerpo y le mostró la sonrisa más encantadora. -Vine a disculparme contigo, toma... -Le tendió un bello ramillete de rosas blancas y rosas que se veían totalmente costosas al igual que la pequeña cajita que se encontraba entre ellas. -Se que los ramos de rosas y regalos no van a hacer que olvides todo pero en verdad quiero disculparme, se que lo que hice es algo demasiado grave y que puedes estar preocupada por ello pero espero que por favor me perdones y me dejes recompensarte de la manera que tú quieras. -Tomo la mano derecha de la tailandesa y la besó suavemente.
Durante los últimos dos días Jackson había "recapacitado" ante su acción y aunque había deseado inmensamente ir a los brazos de Lisa para pedirle disculpas le había resultado imposible con las devastadoras reuniones con inversores sobre la compañía de su padre. Lisa por su parte disfrutó el tiempo alejada del castaño, se centró en tomar de cuidado tal como Jennie le pidió y de igual manera se comprometió un poco más con sus entrenamientos después de tener una de las mejores reuniones con el señor Kim, el padre de Jisoo; aquella pequeña reunión que tenía como propósito el felicitar a la joven ante sus sobresalientes notas pero terminó volteada hacia la problemática que estaba viviendo ante su acosador. El señor Kim le prometió el tratar de poner todo lo de sus manos de la manera más secreta para llegar al culpable y exponerlo ante la ley que por clara presión y reputación tenía que poner de su parte si no querían terminar en un terrible escándalo.
La tailandesa rodó sus ojos y los colocó en blanco una vez más, una maña de gran utilidad que le había robado a su ex novia. -Es Año Nuevo Jackson y lo último que me apetece es terminar peleando. -Lisa le tendió el regalo que le había dado segundos antes. -Lo que hiciste incluso es un delito pero seré buena persona y lo ignoraré si te alejas de mi un tiempo.
Jackson apretó sus puños con todas sus fuerzas y empezó a contar mientras trataba de controlar su respiración. -Soy un humano Lisa, se que lo que hice estuvo mal pero no es para tanto, deja de exagerar las cosas. -Lisa observó de abajo a arriba al chico y se preocupó ante su posición, claramente si llegaba a más ella tenía las de perder. -¿Que es lo que quieres para perdonarme? Literalmente pídeme todo lo que quieras, ¿Un carro? ¿Un contrato con WE? ¿Que es necesario para que me perdones? -Sujeto de los brazos a Lisa un poco fuerte.
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HURT ME (Jenlisa)
FanficEs devastador darse cuenta de que quizás el amor de tu vida, es la persona que estuvo a tu lado todo el tiempo, pero que por estupidos pleitos y disputas, te empeñaste a evitarla como si tu vida dependiera de ello, aquella persona que creías tu polo...