-35- (S)

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-Quiero que tú seas mi primera vez. -Murmuró entre las clavículas de la más alta.

Lisa posó sus manos en el rostro de la mayor y paró unos segundos a observar las gemas que brillaban en sus cuencas. La seguridad que Lisa tenía en ese preciso momento la hacía valiente, el simple hecho de poder observar los bellos ojos de la morena posados en los propios la hacían transportarse en ese mismo instante.

Lisa beso cálidamente los labios de la morena y después de separase pegó sus frentes mientras cerraba sus ojos, dio una fuerte respiración. -Si te digo que ahora mismo estoy dispuesta a entregarme a ti, ¿lo haríamos?. -Dijo Lisa casi entre susurros, haciendo que su aliento golpeara los labios de la más baja.

Jennie unió sus labios sin esperar alguna reacción verbal, pues como Lisa en ese momento estaba dispuesta a entregarse a ella, a aquella mujer que había amado por años y había esperado por muchos para declararla como suya. 

Sus labios se amoldaron despacio y con cuidado, casi como si sus labios fueran cristal y quisieran evitar a toda costa dañarlos. Sus labios profesaban algo que las palabras aún no hacían, la necesidad de sentirse, de estar juntas y el amor que compartían.

El cuerpo de la pelinegra se dejó caer recargándose en el cabecero de la cama quedando en una posición de casi 140 grados y con la tailandesa sobre está explorando cada parte de su boca.

No había sensación que le hiciera sentir mejor que la textura de la lengua de Lisa contra la suya, ambas podían sentir a la lengua de la otra enrolándose en un abrazo húmedo y deseoso por más. 

Jennie gruñó cuando sintió aquellos labios abandonar los suyos para encontrarse con la mirada de Lisa clavada en ella, tan idéntica como la suya, oscura como la noche pero a la vez cargada de una mezcla que podría describir como cariño lujurioso, y que flotaba en sus pupilas del mismo modo que lo hacían en las propias.

La respiración de ambas era agitada, jadeante y realmente cálida interponiéndose y chocando en el cuerpo de la otra causándose así escalofríos.

Lisa poso sus brazos alrededor del cuello de Jennie y empezó a acariciar las pequeños cabellos que hacían en su nuca. -Quiero hacer el amor contigo Jennie. -Dijo con una sonrisa escapando por sus labios. -Se que esto es apresurado pero en ningún momento me he sentido tan segura y deseosa en los brazos de alguien. -Lisa empezó de descender con sus labios hasta el cuello de la morena dejando húmedos y dolorosos besos en su punto cardiaco. -¿Quieres entregarte a mi como yo quiero entregarme a ti cariño? -Golpeó con su aliento la zona previamente lamida.

Jennie gimió al sentir el frío viento golpear su piel y dejó escapar un sonoro gemido de sus labios. -Estoy ansiado ser tuya tanto como tú deseas ser mía Lisa. -Empujó el cuerpo de la tailandesa y se recostó completamente en la cama aun con sus manos sobre la cintura de Lisa apretándola frecuentemente.

Lisa sonrió al escuchar las palabras de su novia y sin previo aviso inicio un beso muy distinto al primero, lleno de deseo, lujuria y fervor como primera intención y de fondo dulzura, la pasión y la adoración por su acompañante.

Jennie gimió una vez más sin poder evitarlo cuando las grandes manos de la tailandesa se aferraron con fuerza a la piel descubierta de su cintura para empezar a deshacerse de su clásico largo camisón que utilizaba como pijama sin siquiera separar sus bocas en algún momento. Después de acariciar un poco más su abdomen separó sus labios de la morena y se detuvo a observar el cuerpo frente a ella vez más, su mirada se perdió entre el valle de sus pechos y Jennie podio sentir como su mirada la acariciaba con una textura tan semejante a la seda.

HURT ME (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora