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Las 23 horas, las cuatro familias se encontraban ya en el hogar de la familia Kim, una bella mansión llena de detalles y espacios de todo tipo. ¿Alguna vez has visto una característica mansión de alguna película? Tan clásica, blanca, brillante y ostentosa para incluso contar con las iniciales del apellido estampando el enorme portón de la entrada, aquel que tenía por lo menos dos casillas de seguridad antes de llegar a el patio delantero, uno que con el paso del tiempo se volvía más y más maravilloso, que contaba con cientos tipos de flores, una fuente centrada en todo este y un pequeño parque infantil a un costado; la mansión de la familia Kim era detallante de estética, mantenimiento y cuidado, incluso en el pequeño invernadero que la Señora Ara Kim mantenía en su patio trasero.

La cena ya había pasado hace más de dos horas, los chefs de la familia habían sido los encargados de llevar a cabo la preparación de el pequeño evento, mostrando su talento en demasiados platillos de alta calidad, sabor, texturas y olores, entre ellos resaltando más la lasaña de mariscos y el pavo relleno de una alta cantidad de frutos, terminado en las felicitaciones y agradecimiento de su trabajo por parte de las familias hacia ellos.

El tiempo empezaba a transcurrir dentro de la sobremesa de acuerdo a las pláticas de las familias y pequeños juegos que las más jóvenes habían decidido elaborar para así aumentar la simpatía y amistad que se empezaba a formar entre los presentes.

Ahora mismo todos se encontraban en el salón de juegos de la familia Kim, los hombres de la casa se encontraban compitiendo en el billar, llevando el señor Park llevaba la ventaja, las señoras se encontraban jugando póker en aquella mesa hexagonal que era sumamente atesorada por la Señora Kim y el resto de las chicas -resáltando el único sexo presente puesto que al parecer ninguna familia tenía la suerte de contar con algún descendiente varón- se encontraban localizadas en dinas de hermandades divirtiéndose en aquellos juegos de mesa.

-¡Park! ¡Park! ¡Park! -Canturrearon las hermanas Park ante su triunfo, ambas chocaron los cinco y después se dirigieron a las otras seis jóvenes burlándose frente a ellas. -¡Losers!

Minnie se levantó de se asiento y colocó las palmas de sus manos en la mesa. -Felicidades Alice Unnie, eres una gran contrincante. -Le extendió la mano mostrándole una brillante y sincera sonrisa. Cabe decir que la segunda más joven de las ocho jóvenes era la única que sabía perder y que a comparación del resto de las demás ella no reflejaba una cara de orto.

Rosie se cruzo de brazos. -¡Yahh! Somos del mismo equipo, ¿Por que sólo la felicitas a ella? -Dijo con molestia girando sus ojos en clara irritación.

El resto de las jóvenes se empezaron a reir a carcajadas puesto que Rosie a pesar de ser del equipo Park no había participado en más que los últimos 10 minutos de juego justo después de arrasar con todos los postres que se encontraban en la cocina junto con su amada cuñada, la señorita Kim Ji-Yoon, la hermana mayor de Jisoo.

Minnie extendió una vez su mano pero ahora en dirección a la menor de las hermanas Park. -¿Felicidades por terminar con todos los postres? -Cuestionó en tono cómico, haciendo sonreír levemente a la rubia. -Perdón Chimpuk, también eres una gran competidora, pero ahora si me disculpan. -Giro su mirada hacia su hermana mayor que ya hacía de pie en barra de bebidas. -Necesito hablar con Lisa unos minutos. -Se dirigió a su hermana. -¿Que has pensado acerca de lo de los mensajes? -Dijo en un tono bastante serio.

Lisa tomó su bebida y se la terminó de un solo trago. -Vamos afuera, creo que ya lo tengo todo estructurado. -Dijo con una sonrisa, una que a pesar de todo lo que estaba ocurriendo era verdadera.

Ambas jóvenes se dirigieron a el patio trasero en total silencio, caminaron más allá de la piscina, a el pequeño kiosco rodeado de hermosos y coloridos árboles adornados con luces de navidad, un escenario perfecto y digno de recordar.

HURT ME (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora