Unos golpes en la puerta de la entrada resonaron llamando la atención de la Señora Manoban que estaba en la cocina haciendo el desayuno, rápidamente se lavó las manos y se dirigió a la entrada de la casa en espera de la misma visita de los últimos días. Abrió la puerta y con una mirada de desagrado total recorrió el cuerpo pettite frente a ella.
-Buenos días señora Manoban, ¿Esta Lisa? -Preguntó una bella pelinegra de ojos marrón tratando de mostrar una sonrisa sincera que últimamente le resultaba difícil de aparentar.
La señora Manoban no espero ni un segundo y cerró la puerta de un portazo tal como lo había acostumbrado los últimos tres días, tres veces al día.
Después de aquella escena en el pequeño kiosko que habían compartido dicha joven con su novia y la familia de está en la casa de la familia Kim en navidad ninguno de los presentes en aquella noche había visto siquiera la sobra de la hija mayor de los Manoban, los padres de la joven al llegar a su hogar habían compartido una platica importante que concluyó en la idea de cómo era pensado mandar a su hija a su país natal, al cuidado de sus abuelos y muy lejos de la morena para así poder re indicarse; Jennie por su parte había pasado los últimos tres días preocupada de sobremanera por su novia, le había dejado por lo menos cincuenta llamadas diarias y cientos de mensajes, había recorrido hospitales, cárceles, comisarías en busca de cualquier señal de la tailandesa pero todo había sido estupido, incluso cuando le pidió permiso al padre de Jisoo para revisar cada rincón de su empresa en busca de su amada, la morena estaba destrozada, pasaba las noches en medio de un insomnio que terminaba en lágrimas, tenía miedo de que todo se hubiera terminado, de que Lisa pudiera están en peligro y de igual manera estaba hundida profundamente en ira hacia los padres de Lisa por no preocuparse por ella y por tratarla como ellos lo habían hecho, ningún padre debería comportarse como ellos lo habían hecho y ningún hijo debería sentirse como Lisa lo había hecho.
Jennie se dejó caer al piso bruscamente y tomó su clásica postura de piernas cruzadas en forma de indio. -Puta madre. -Murmuró para si misma. Sacó su teléfono y tecleo aquellos dígitos que ya se sabía de memoria, al parecer 50 llamadas no eran las suficientes para hundirse en un martirio.
Uno. Lo sentimos el número que usted marco se encuentra fuera de área.
Dos. Lo sentimos el número que usted marco se encuentra fuera de área.
Tres. Lo sentimos el número que usted marco se encuentra fuera de área.
-Dios amor, ¿Donde estás? -Las lágrimas amenazaban en salir pero las contenía como si su vida dependiera de ello.
Cuatro. Lo sentimos el número que usted marco se encuentra fuera de área.
Cinco.
-Dime... -Resonó por la bocina del teléfono. Una voz que conocía perfectamente y que extraño intensamente. La morena sonrió enormemente y se rindió a dejar caer ríos por sus ojos. -Lisa, Dios amor, ¿Estas bien? ¿Cómo estás? ¿Donde estas? Sabes lo preocupada que me tenías, voy a matarte en cuanto te vea Lilisa Manoban. -Trató de bromear pero el silencio en la otra línea la empezó a preocupar más y más.
Estuvo apunto de volver a hablar pero una conocida camioneta negra la distrajo al estacionarse en el frente de la entrada de la casa de los Manoban, rápidamente se levantó y se secó las lágrimas, no quería que aquella persona que se observa por la ventana la viera tan destrozada.
La puerta del piloto se abrió y dejó ver a un apuesto joven chino. -Buenos días Jennie, te ves tan hermosa como siempre. -Dijo el joven saludando con su mano mientras le daba vuelta a la camioneta en busca de su acompañante. Jennie por su parte le saludó de la misma manera.

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HURT ME (Jenlisa)
FanfictionEs devastador darse cuenta de que quizás el amor de tu vida, es la persona que estuvo a tu lado todo el tiempo, pero que por estupidos pleitos y disputas, te empeñaste a evitarla como si tu vida dependiera de ello, aquella persona que creías tu polo...