Alternativo. || V.B || ✔

Capítulo Treintaiseis.

Capítulo Treintaiseis.

" Nuevos avances. "

Sus respiraciones estaban agitadas, no faltaron palabras, sus cuerpos se conocían como nunca y se movían por si solos, sus mentes se nublaban. Después de un encuentro apasionado, se dejaron caer en la cama, mientras aún ella estaba sobre su pecho. Por un segundo olvidaron todo, pero la realidad lo golpeo, el dolor en el pecho del guerrero y las imágenes de ella inconsciente volvieron a su memoria, por su parte la peliazul sintió miedo, tanto de morir por primera vez que no logro siquiera respirar. Trato de recuperar su valor pero ahora estaba más que asustada. Cerro sus ojos y no lo soporto, era el momento hermoso que tanto quiso volver eterno, pero ahora su historia se estaba cristalizando. Suspiro aún teniendo su mejilla sobre su pecho, y él su mano en su cintura. Sabia que en algún segundo debía hablar; — Vegeta... — lo llamo en voz baja, su mano dibujaba circulos invisibles en su abdomen.

La observo de reojo, y espero a que prosiguiera, a lo que ella al no escuchar respuesta siguió, — Tú sabes lo que tengo, ¿verdad? — cuestiono en voz baja.

" De vuelta a la realidad, " suspiro, al momento que deshizo su agarre en ella. Se levanto de la cama, mientras buscaba su short de entrenamiento esta lo observo atentamente, aún desnuda. No tenía vergüenza con él, se acomodo en la cama, al momento que él hombre se vistió y quedo de pie frente a ella. Se cruzo de brazos, — si, lo sé, — respondió serio, — Bulma... — dejo el aire de sus pulmones, — tienes una enfermedad del planeta Yardrat, y por desgracia no hay cura para ella. — explico, muy dolido por ello, esperando su reacción.

La joven lo sabia en su interior, ella sabia que algo había mal con su cuerpo, pero no quería aceptarlo, se negaba a eso, pero sus sospechas estaban confirmadas, " eso explica... Todo lo que me ha pasado, " desvío su mirada al suelo, sus ojos se llenaron de lágrimas. Si no había cura, la posibilidad de morir se acercaba demasiado a su mente. Quiso llorar como una niña pequeña, y en su interior se preguntaba, ¿por qué? ¿por qué ahora qué tenia la vida qué tanto soño? Sintió sus lágrimas deslizarse en silencio. Con lentitud se levanto, para tomar su ropa, la cual no tardo en colocarse, no podía ver a su esposo a los ojos. Y justamente cuando estaba a punto de salir, él la detuvo, con fuerza controlada la sujeto de su brazo; — Di algo... — murmuro, casi rendido.

Bulma se giro para verlo, y él supo en ese instante que ella tenia miedo. No lo resistió, la peliazul comenzó a llorar mientras se lanzo a sus brazos, quería protección en contra de este dolor. No dudo en sujetarla en sus brazos, sabia lo que estaba sintiendo. Oculto su rostro en el fuerte pecho de su esposo; — no quiero morir... — gimoteo sin dejar de temblar. " No quiero irme, no quiero. "

Aquellas palabras se clavaron en su pecho, una a una. Ella estaba asustada, tan solo era una frágil humana y verla sufrir, rompía esa barrera de guerrero.