Capítulo Treintaidos.

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Sí llegaste aquí, tendrás que retroceder, puesto que hay un capitulo antes a este, ¡son dos capítulos publicados hoy! Y tal vez Wattpad solo te aviso este, y no, así no es. Corre a leer. ✨

Capítulo Treintaidos

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Capítulo Treintaidos.

" ¿Qué te ocurre, Bulma? "

Al amanecer, ambos se despertaron a la misma hora, y se dispusieron a arreglarse, la peliazul por su parte se coloco un suave vestido de tirantes de color amarillo, con unos zapatos cómodos, Vegeta solo ropa deportiva, ya que entrenaría, y por obligación de su mujer, iría a almorzar con todos. El gran patio estaba completamente arreglado, y la musica se escuchaba ya que aún la terrícola arreglaba unos platos que había traído especialmente a Vegeta, en ese segundo se detuvo, adoraba demasiado esa canción, se movió suavemente meneando las caderas, estaba emocionada, vería a sus amigos. Al pasar el rato, los invitados llegaron, los primeros en llegar fueron la familia Son, junto a Piccolo, momentos después llegaron Krillin, el maestro Roshi, Yamcha, también venían Ten Shin Han, Chaoz, todos los guerreros estaban reunidos en la casa de la peliazul.

Las risas eran sonoras, todos comían y reían, en ese segundo la joven disfruto de la vista, pero sin probar un bocado de comida, no sabia porque pero desde el desayuno de ese dia, nuevamente no tenia mucho apetito, y aunque el festín se veía tan sabroso, no quiso comer, " Maldición, no tengo casi hambre. Tengo unas horribles ganas de trasbocar, " negó con su cabeza, para luego levantarse de las mesas de centro, y dirigirse donde estaba el bufete. Se encamino para separar algunos platos con la carne favorita de su compañero, sabría que llegaría en un rato, y no deseaba que Vegeta se enojara por el hecho de no tener su comida. Al otro lado de la fiesta, se encontraba Yamcha, quien observo fijamente a la peliazul, literalmente la vio hermosa, con ese vestido de tirantes de color amarillo, su cabello nuevamente corto hasta los hombros, sus piernas esbeltas desde el final de su vestimenta. Se sintió culpable, no sabia nada de ella y por lo que suponía tal vez estaba sola, no habia sentido la energía de ese guerrero, se sintió pésimo, pero al mismo tiempo creyó que al fin tendría la oportunidad.

Suspiro distraída, separando con cuidado unas salsas, con los cubiertos. Estaba pensando en muchas cosas y últimamente su falta de apetito, " es extraño, no soy capaz de comer, me da fastidio la comida, pero, también me he sentido mareada, hoy al ducharme se me fueron las luces por unos segundos, no sé que me sucede, tal vez es por el hecho de no haber comido, " en ese segundo que giro, alguien la sujeto de la cintura haciéndola brincar de la impresión, casi soltando un plato de comida; — ¡Por Dios! Que susto me diste, casi me matas, idiota. — le reclamo al hombre que no la soltaba.

Él pelinegro sonrió de lado, apretando su agarre e inclinándose hacia ella, — Eso te pasa por ser tan distraída, tonta. — una risa ronca salio de sus labios, al momento que ella hizo una expresión de disgusto, pero luego al tenerlo tan cerca, arruga su nariz y sonrió dejando ver su dentadura.

Alternativo. || V.B || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora