Capítulo 3

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Durante la noche, el rubio ojiazul estuvo retorciendose de los nervios en su cama recordando una y otra vez su "conversación" con el rojito.

Sonreía como tonto y escondía su rostro en la almohada cada que le daba una punzada de vergüenza por haber sido tan tímido, seguro Axl se había dado cuenta de que le gustaba. ¿Podía considerar un almuerzo como una cita?

Una vez más, hundió su rostro en la almohada, ¿por qué siempre las palabras salían antes de procesarlas? Aunque debía ver el lado bueno, ahora tenía un "cita" con el hermoso pelirrojo.

Pero ahora una duda invadía su mente, ¿por qué Axl aceptó si jamás habían cruzado palabra? ¿Y si era una trampa? Nunca hubo un chico en el historial de ligues del ojiverde, ¿y si Slash si le había dicho que le gustaba y ahora querían reírse de él? Kurt se sintió decepcionado, sí, era eso, seguramente. Suspiró y forzó a su mente a dejar de sentirse nervioso.

Debió haberlo imaginado antes, Slash y Axl eran mejores amigos, debió haberle comentado. Se preguntaba si el pelinegro que se acercó a ellos fuera de la cafetería también era su amigo porque ese chico era otra clave que lo hizo dudar más.
Su nombre era Jeffrey Isbell, su apodo Izzy, conocido por ser homofobico. Izzy tenía la apariencia de un chico tranquilo pero en realidad, era todo lo contrario.

Kurt tomó su celular y miró la hora, 8:49 p.m. Aún faltaba mucho para dormir, ya había cenado y comenzó a preparar sus cosas para tomar una ducha.

Apunto de entrar al baño de su habitación, su celular timbró. Al tomarlo, miró el mensaje de un número desconocido.

Kurt, sal, estoy frente a tu casa.

Kurt frunció el ceño.

¿Quién eres?

No hay tiempo para preguntas, anda, ven.

No conozco este número, idiota, ¿qué haces en mi casa? No te conozco.

¿Dave no te dio mi número? Ese idiota, soy Slash...

¿Qué? ¿Por qué Dave le dio su número al rizado ese? Kurt recordó entonces que Slash lo había "invitado" a salir esa noche con él.

No, ¿qué quieres?

No pensaste que te dejaría plantado, ¿verdad, pastelito?

Kurt rodó los ojos.

Ni sí quiera me acordaba. Espera, voy a bajar.

Increíble, ahora tenía que volver a vestirse presentable porque Slash lo llevaría a sabe donde. Pero Kurt, no era un cochino, así que se dio un baño rápido y vistió unos jeans negros rasgados, una manga larga gris y unos converse gris, peinó su cabello, se echó su perfumé y bajó las escaleras.

Sus padres se encontraban en el sofá de la sala viendo televisión.

-¿A dónde vas, Kurt? -preguntó su madre cuando lo miró dirigirse a la puerta.

-Un amigo vino por mi, volveré pronto, lo juro.

-Pero, ¿a dónde vas? -preguntó esta vez su padre.

-No lo sé, no me dijo...

Sus padres se miraron un segundo y su madre exhaló un poco. Sus padres eran un poco conservadores.

RED / KurtaxlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora