Capítulo 21

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La semana pasaba con tranquilidad, Kurt ya había vendido tres pasteles y aún tenía otros tres pedidos, uno más que las anteriores semanas. Sus clases nocturnas de manejo habían dado sus frutos y por fin pudo ir a alta velocidad en la carretera que llevaba a la ciudad vecina con el tráfico que implicaba. Había perfeccionado sus reflejos y atención a su alrededor, esa noche irían a las bodegas a practicar las curvas de ahí.

Dos semanas siendo novio de Izzy también habían dado sus frutos, sentía mucho cariño por el, se sentía aún más confiado cuando lo tenía sentado junto a él en el auto. Había descubierto que aunque el pelinegro lucía muy serio y atemorizante, en realidad era un chico muy divertido y empalagoso, con muchas metas y sueños por cumplir. Quería abrir su propio negocio y amaba tocar la guitarra, sin contar que su padre había mencionado sobre formar una familia. Kurt se ruborizó cuando empezó a canta frente a él en su habitación, le había compuesto una canción y no podía sentirse más querido. (Multimedia)

La voz de Izzy tenía un color muy hermoso y rasposo, en su rostro se veía paz y el gusto que sentía por la música además de la letra que denotaba los dulces sentimientos hacia él. Kurt no podía evitar sentir sus mejillas super rojas y cuando el pelinegro terminó de cantar volvió a verlo con una hermosa sonrisa que hizo su pecho sentirse lleno.

—Tu voz es muy hermosa, Izzy.

—¿Te gustó la letra? —preguntó el mencionado sin borrar su sonrisa.

Kurt asintió.

—¿Enserio todo eso sientes por mi? —preguntó tímido. Izzy agachó su vista abochornado y asintió.

—Yo sé que hemos salido solo dos semanas y antes de eso, jamás habíamos cruzado palabras pero quiero confesarte algo.

—¿Qué cosa?

Izzy se puso de pie para dejar su guitarra sobre el escritorio y volteó con vergüenza.

—Yo... Eh... —frotó sus manos. —La verdad es que... Bueno, tu pasas por la pizzeria en la que trabajo para ir a la universidad, ¿cierto?

Kurt asintió.

—Un día yo... —se frotó la nuca con su mano. —Te miré y me pareciste muy lindo... Creo que fue cuando iniciaste el primer año y desde entonces no dejé de mirarte. Perdona si me escucho muy acosador pero era inevitable no verte.

Se movía nerviosamente sobre si mismo en espera de la reacción del rubio.

Kurt sonrió avergonzado.

—Yo la primera vez que te vi fue cuando Axl... —se sintió incómodo al mencionar al pelirrojo puesto que aún sentía maripositas cuando lo miraba pero Izzy no tenía porqué saber eso, vio como Izzy miraba hacia otro lado. —En la cafetería, quiero decir jeje nunca imaginé que llegaría a sentir algo por ti. —admitió sin poder contener la sonrisa boba en sus labios.

A Izzy le brillaron los ojos tan claro para el rubio que sintió la responsabilidad de mantener ese brillo ahí.

—¿Lo dices enserio? ¿Sientes algo por mi? Dime qué sientes, por favor.

Enseguida caminó hacia la cama, se sentó junto a él y tomó las manos de Kurt.

—Yo siento... Cariño, Izzy, me siento muy seguro contigo... —dijo con voz bajita. —Me tratas tan lindo y me nace tratarte igual, yo- te quiero.

Ambos bajaron la cara avergonzados aún con las manos unidas. Izzy fue el primero en elevar su rostro para mirar a su novio y empezar a acercarse seguro de su siguiente movimiento. Cuando el rubio sintió su respiración cerca a sus labios, por reflejo elevó su cabeza y se topó con el pelinegro a punto de unir sus labios.

Tragó saliva y dejó que lo hiciera, lo besó y ambos cerraron sus ojos. Kurt se acercó más e Izzy ladeó su cabeza para profundizar el beso, lo disfrutaron de principio a fin. Cuando el pelinegro sintió que era suficiente y que tal vez el chico pensaría que se iba a propasar, se separó y dejó un besito de pollito para volver a enderezarse.

—Te quiero, Kurt.

Kurt sonrió y lo abrazó.

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Viernes. Ya casi era fin de semana de nuevo y tendrían tan solo una más para completar ese pago. Kurt vendió todos sus pasteles y terminó sus tareas, eran las 8 pm y estaba listo para que Izzy lo recogiera y lo llevara a practicar una vez más antes de su primera carrera. Así es, Kurt tenía su primer carrera la noche del sábado, cinco competidores contándolo a el, mil dólares.

Ya habían firmado el contrato ese donde estipulaba que Izzy y el eran pareja, ahora podía correr con total seguridad de que el pelinegro estaría con él si algo ocurría.

Según su novio, habría sólo competidores novatos y de poca categoría, los buenos y mejores no competían por menos de tres mil dólares así que podía estar tranquilo.

En ese instante corría recorría una y otra vez el camino que sólo era iluminado por los faros del auto, iban oyendo una canción de Queen "Another one bites the dust" y Kurt sentía la adrenalina recorrerle. Platicaban, bromeaban, reían y cuando dieron las doce, le cedió el volante al pelinegro y se dejó vencer por el sueño cuando lo llevaba a su casa. Estaba cansado de su día escolar, proyectos, tareas interminables, los pasteles, conducir y ni siquiera sintió los brazos de Izzy cargarlo, no escuchó la voz de su madre cuando abrió la puerta y no sintió cuando fue dejado sobre su cama pero si sintió el dulce beso que fue dejado sobre su frente. Durmió como angelito esa noche.

La última noche que durmiría como angelito durante un buen tiempo.

La noche siguiente sintió el dolor recorrer su cuerpo y el dolor en su alma cuando Izzy no reaccionó después de estamparse casualmente en el mismo lugar donde casi dos años atrás Erin Everly perdió la movilidad en sus piernas, aunque Kurt no lo sabía.

Gracias a que Izzy era su copiloto, iba en primer lugar pero uno de los otros novatos sintió la humillación próxima por haber asegurado y alardeado que el ganaría, no podía permitirse ir en segundo lugar, aceleró y con saña sacó a Kurt del camino y al ser novato no pudo controlarlo del todo, Izzy no pudo tomar reaccionar a tiempo y los vidrios de la ventana a su lado se incrustaron en su rostro. Ambos sintieron dolor.

Antes de que el rubio perdiera el conocimiento miró a varios de los encargados del evento sacar a Izzy y llevarlo hacia el camino para darle auxilio después tomaron a Kurt y lo acostaron junto a el. Miró hacia sus pies donde metros más allá estaba el auto volteado con las llantas hacia arriba y el lado del copiloto bastante mallugado, el golpe contra los árboles no fue tan fuerte y no alcanzó a prensar a Izzy, pudo respirar aliviado.

Volteó a ver al pelinegro y con dificultad, tomó su mano.

Su rostro tenía sangre y cortadas por doquier.

Y entonces se desvaneció.

RED / KurtaxlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora