En algún punto de la cena se habían tomado las manos por encima de la mesa, pero no eran conscientes de ello. La mano pequeña del omega encajaba perfecto debajo de la del alfa y los tatuajes de este último de alguna forma contrastaban con el pequeño tatuaje que tenía Jimin en la muñeca. Después de su extraña presentación el pelirrosa decidió que iba a conocer a Jungkook de nuevo, al de veinte en lugar del señor que tenía antes en mente, por ello se relajó y abrió su mente. No fue difícil, Jeon se encargó de dejarlo encantado y de formar un ambiente agradable entre ambos a pesar de sus nervios y emoción.
-Aún se me hace gracioso que por mi bobada de alfa dominante terminé logrando que creas que yo era un viejo -comentó ganándose las risas de Jimin, música para sus oídos.
-Me asusté mucho cuando oí tu voz por primera vez, parecía que me ibas a extorsionar o algo así -agregó mientras seguía riendo, después del susto convirtieron la anécdota en una bonita experiencia que recordarán siempre.
Uno de los mozos del restaurante interrumpió en ese momento para traer los postres, y de paso volvió a llenar las copas de ambos con vino. Ante ello el alfa propuso hacer un brindis, para sellar el momento.
-Por el inicio de un nosotros -sonrió chocando su copa con la del omega.
Jimin estaba encantado con todo: el lugar elegante, la agradable música, la comida y especialmente su acompañante. Podría decir que es la mejor cita que tuvo y el brindis de Jungkook solo lo hizo sonreír más. Estaba emocionado, como un adolescente en su primera cita, y quizás lo era, pues había olvidado cuando fue la última vez que alguien lo había invitado a salir en un plan romántico.
-Por nosotros -respondió el pelirrosa llevando el vino a su boca sin despegar sus ojos del contrario, era coqueto por naturaleza.
Después de que Jeon casi llevara el vino a sus pulmones, continuaron hablando un rato más. Le agradaba la audacia de Kook en crear muchos temas de conversación y sacarle sonrisas, muchas más de las que podía por mensajes. En eso recordó los chocolates y la carta que traía en su bolso, ¿debería darle?
-Yo... traje algo -habló tímido llevando sus manos al broche de su bolso-. Sé que no es tanto... Tengo los demás en mi casa, no pude traerlos todos hoy... Pero espero que... Te gusten.
El alfa se conmovió de solo ver a Jimin con su carita sonrojada y la mirada hacia abajo, resaltando más sus abultadas mejillas. Era hermoso conocer de a poco sus expresiones y en una sola noche ya llevaba conociendo varias de ellas.
-Lindo... -murmuró distraído apoyando su cabeza en su mano, cuando de repente frente a él apareció una bolsita de regalo.
Al abrirla encontró varios de sus chocolates favoritos y se emocionó. Sí, podrá tener mucho dinero para comprarse miles de ellos; sin embargo, que Jimin se lo haya traído solo por recordar que eran sus favoritos logró sacudir su corazón.
-Me encanta -tomó la bolsa y sacó uno de los chocolates de ella.
Estaba lleno, pero quería hacer feliz a Mimi quien lo miraba con ojitos brillantes y expectante. Así que abrió la envoltura y se lo llevó a la boca.
-Uhm, como amo esto -habló con la boca llena-. Gracias Mimi, amé tu regalo.
El pelirrosa sonrió, al fin sentía que hizo algo por el alfa. Pero también estaba arrepentido de no haberse comido uno antes, porque de solo ver como lo disfrutaba Kook, se le antojó probar el dichoso chocolate también.
El menor pareció entenderlo y extendió en el aire el dulce que tenía en la mano-. ¿Quieres?
Mimi asintió sin dudar, causando ternura al contrario. Así que sin pensarlo mucho, extendió lo que sobraba del chocolate y lo acercó a los labios del mayor, quien abrió la boca para dejar que el contrario lo alimentara con el dulce.
Su primer beso indirecto y ni se habían dado cuenta.
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Baby [kookmin au]
RomanceSus oportunidades eran pocas por ser un omega soltero y con un cachorro, así que su decisión fue inevitable. Pero Jimin jamás esperó que su sugar daddy no sea un cuarentón, sino más bien un lindo alfa en sus veintes más que dispuesto a consentirlo c...