➸7:09.

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Juntó sus dos manos debajo de la llave dejando que el agua se acumulara para luego arrojarla sobre su rostro. ¿Por qué se sentía así? ¿Qué tan fuerte era el vínculo que los unía? Eso es lo que más temía, que sus sentimientos siguieran creciendo hasta el punto de no poder frenarlos.

-Desearía que todo fuera más fácil -murmuró entre dientes.

Por otro lado, a unos pasos de él se encontraba el alfa, quien al notar que el pelirrosa estaba tardando más de lo esperado comenzó a preocuparse. Es más, estaba esperando cualquier señal para salir corriendo a la farmacia más cercana.

Dos golpes.

-Soy Jungkook -habló del otro lado de la puerta-. Me preocupé porque estabas demorando mucho en volver...

Antes de responder se vio al espejo, había terminado de secarse el rostro así que parecía el Jimin de siempre. Dio dos pasos hacia atrás y abrió la puerta.

-En serio no es nada -sonrió para tratar de tranquilizar al contrario-. Necesitaba espabilar.

Con eso en mente, estiró su brazo y posó su mano con delicadeza sobre la mejilla del más alto, quién cerró sus ojos al sentir el tacto ajeno. El omega no supo porqué, pero al ver al joven también cerró sus ojos y se puso un poco de puntitas, y sin que el contrario se lo esperara, unió sus labios. Jungkook al sentir la calidez de los labios contrarios sobre los suyos llevó sus manos a la fina cintura del pelirrosa, acercándose más a él.

-Dulce... -susurró sobre el beso volviendo a sellarlo de nuevo en cuanto terminó de decir aquello.

Con rápidos movimientos, los dos jóvenes terminaron por entrar por completo al baño, cerrando la puerta tras de sí. La espalda del omega chocó contra la cerámica del lavabo, la cual luego se convirtió en un perfecto asiento, posicionándose el menor entre las piernas del omega, para profundizar más el beso. Por aquellos segundos en los que estuvieron besándose, Jimin olvidó todo lo que lo abrumaba. Olvidó la diferencia de edades, la vida perfecta de Jungkook, sus contras de iniciar una relación, todo. Solo eran dos personas que estaban predestinadas y cuyos corazones estaban a punto de desbordarse. Sus labios seguían danzando a un compás que solo ellos conocían, tan suave pero a la vez apasionado. ¿Era la primera vez que se besaban de esa forma? Las piernas de Jimin se envolvieron en la cintura del más alto, quien a ese punto había olvidado hasta su nombre, sólo sabía una cosa, moría por el chico en sus brazos.

-¡Oigan estoy del otro lado no me hagan esto! -se escuchó un grito interrumpiendo por completo la atmósfera romántica.

Baby [kookmin au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora