Si no fuera porque es uno de los restaurantes más caros de la ciudad, seguramente ya los estarían viendo mal por quedarse tanto tiempo en la mesa a pesar de haber terminado ya de comer. No querían irse y eso era un hecho.
-Señor, la cuenta -se acercó uno de los mozos del lugar, bueno parece que los iban a botar de una forma más sutil.
Jimin no quería ni imaginar cuánto costaba una cena en ese lugar, así que prefirió no echar un ojo en el recibo que yacía frente al chico en traje. Sería muy shockeante para él enterarse que su cena equivale a un mes de renta en su pequeño departamento.
-Sí, aquí tiene -los ojos del omega se abrieron de par en par al ver al alfa deslizando una tarjeta negra brillante.
Sonrió tímido sin saber qué hacer, ¿debería proponerle quedarse un rato más juntos? Jungkook no quería despedirse de Jimin aún, pero tampoco quería soñar intenso. Era la primera vez que se veían, quizás una cena era suficiente para empezar.
-Muchas gracias, señor Jeon Ji Chul. Espero que hayan disfrutado la comida.
Espera, ¿qué? El pelirrosa había quedado por segunda vez en shock, cuando oyó que el mozo le llamaba por otro nombre al chico que él tenía entendido se llamaba Jungkook.
-¡Es mi papá! -exclamó moviendo sus manos en el aire-. Me llamo Jeon Jungkook, no te mentí ni nada -aclaró nervioso, no quería que se creara otro malentendido, suficiente han tenido con lo de las edades.
-¿Tu papá?
-Sí, la tarjeta es de él -se rascó el cuello avergonzado-. Pero la uso yo.
-Oh... -era bueno saber que tampoco estaba tan perdido como parecía, al menos su nombre sí lo sabía-. Un momento, ¿él no verá que compraste...?
Sus mejillas se tiñeron al recordar cómo empezó todo, en especial esa caja llena de lencería y consoladores que llegó a su casa. No necesitó decirlo en voz alta para que el menor entendiera y reaccionara también de la misma forma. Jimin en ese momento pensó que era lindo cuando lo vio con sus mejillas rosadas, le gustaba todo el aura de ternura que daba.
-No! -soltó abrupto-. Él no me revisa los gastos, tranquilo... es nuestro secreto.
-Está bien -soltó una risita aliviada, hubiera sido incómodo conocer luego a su padre y que éste sepa que su hijo le regaló juguetes sexuales.
Espera... ¿había dicho que iba a conocer a su padre? Trató de sacar de su mente la idea, luego elevó su mirada de nuevo al alfa. Jungkook también lo estaba mirando, así que conectaron sus miradas por unos segundos.
-¿Sabías que soy mayor que tú por siete años? -preguntó curioso, necesitaba saber si él era el único que se sentía incómodo con la idea.
-Me lo dijiste el primer día que hablamos -respondió en voz baja, odiaba la diferencia de edades entre ambos.
Más aún porque tenía miedo de no ser suficiente, pero si el omega le daba la oportunidad, él pensaba demostrar que sí es digno de él.
-Estás chiquito -agregó.Su mandíbula cayó al suelo. Dahyun estaría en el suelo muriéndose de risa si hubiera escuchado a Jimin decir eso. Debía dejar de llamarla así, porque sintió como un balde de agua fría caía directo sobre él.
-Me graduaré a inicios del próximo año -contestó con un puchero-. Ya casi cumplo veintiuno... -su voz sonó tierna esta vez.
El omega arrugó su naricita al verlo actuar así. La imagen mental que se había hecho del castaño era distinta porque creía que tenía cuarenta, pero ahora que conocía al verdadero Jungkook se daba cuenta que era muy contrario al señor estirado que alguna vez pasó por su mente. Entonces si el alfa no tenía problema con ello, ¿por qué él sí lo tendría? Sí, es mayor, pero tampoco por tanto. Además, el contrario ya era mayor de edad y estaba a punto de terminar la universidad. Al menos así trataba Park de convencerse a sí mismo que iniciar algo con Jeon no estaría mal. O bueno, más bien continuar, porque ya habían iniciado algo con tantos días y noches intercambiando mensajes cursis.
-Está bien, no estás chiquito -respondió con una sonrisa.
-Exacto -asintió victorioso-. Además soy más alto que tú, el chiquito es otro...
No debió meterse con su altura.
-Ah, con que así estamos Jeon eh. Bien, no te daré entonces la carta que pensaba darte -amenazó.
-¿Carta? ¡Yo también traje una carta!
Sus ojitos brillaron de emoción, no había forma que no sean el uno para el otro con tantas coincidencias que tenían. Además que le hacía ilusión leer la carta que Jimin escribió para él, no iba a poder esperar.
-Ejem -se acercó de nuevo el mozo-. Disculpe, tenemos reservación para esta mesa dentro de poco. Agradecería su comprensión.
Ahora sí, oficialmente, acababan de botarlos del restaurante.
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Baby [kookmin au]
RomanceSus oportunidades eran pocas por ser un omega soltero y con un cachorro, así que su decisión fue inevitable. Pero Jimin jamás esperó que su sugar daddy no sea un cuarentón, sino más bien un lindo alfa en sus veintes más que dispuesto a consentirlo c...