Capítulo 20

1K 35 4
                                    

            Ribber estaba en la fiesta, totalmente aburrido. Dylan lo había convencido para que fuera a pesar de las pocas ganas que tenía. Le había dicho que iba a haber una sorpresa pero él no estaba de humor para eso. Su mente no hacía más que ir hasta Natalie y el qué estaría haciendo en ese momento. Lo más raro de todo es que ese día no la había visto por ningún lado así que, finalmente, decidió hacerle caso a su amigo.

            Y ahí estaba, vestido de príncipe, con un pantalón blanco y una blusa de época azul. En la cintura llevaba un cinturón con una espada de plástico. También llevaba una capa y sobre su cabeza una corona dorada. Se sentía como un completo imbécil así vestido, él hubiera preferido ir de vampiro como iba su mejor amigo.

            Se dirigió a la mesa de la comida a por una copa. Cogió un vaso y entonces apareció Gillian con su disfraz de Catwoman.

            -Hola, príncipe- dijo ella mirándole de arriba abajo.

            -Déjame en paz, Gillian.

            La joven se mordió el labio inferior de forma seductora y se acercó hasta quedar pegada a él.

            -Ribber, estás impresionante, me encanta verte así vestido.

            El chico se apartó de ella.

            -He dicho que me dejes en paz, no voy a caer, ya no me gustas, a ver cuándo te lo metes en la cabeza.

            Gillian lo agarró del brazo y lo miró directamente a los ojos.

            -¿Quién es ella?

            -¿Qué?

            -¿Quién es la tipa que te tiene así? Dime quién es. ¡Dímelo!

            Ribber se soltó y dijo:

            -Me voy, estoy cansado y me estoy aburriendo.

            Se alejó de ella y se disponía a salir cuando las luces se apagaron y la música se detuvo. El joven se paró justo al lado de la puerta sin comprender muy bien qué estaba pasando.

            De repente, un haz de luz iluminó el escenario que estaba vacío en ese momento. Entonces, comenzó a sonar una suave melodía. Ribber, sin comprender muy bien la situación miró hacia allí y vio aparecer la silueta de una joven, vestida de Sherezade.

            La joven comenzó a bailar de una forma muy sensual. Al principio bailó de espaldas y poco a poco se giró hasta quedar de frente al público pero sólo lo miraba a él, como si supiese que estaba ahí y que no había nadie más en la sala. Ribber no podía apartar la mirada de aquella diosa que bailaba sobre el escenario.

            Su cuerpo era simplemente perfecto, sus pies descalzos se movían al son de la música y todos la observaba fijamente. Las chicas con envidia y los chicos con deseo.

            Las caderas se mecían como los de una auténtica bailarina de la danza del vientre. Ribber estaba como hipnotizado ante aquel cuerpo que tentaba a cualquiera con su baile.

            -¿Quién es esa chica?- se oía por toda la sala.

            Nadie podía saber quién era porque un velo cubría la mitad de su rostro dejando únicamente los ojos al descubierto.

            La canción acabó y la joven salió corriendo del escenario, pasó junto a Ribber rozándole la mano.

            ¡Le había rozado la mano! ¿Sería alguna señal?

Bailes de PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora