Capítulo 23

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            A la mañana siguiente, Ribber abrió los ojos y notó el aroma de Natalie junto a él. Desvió la mirada y la vio dormida, acurrucada contra su cuerpo. Sonrió y le besó en los labios entreabiertos.

            Ella se removió un poco rozándole el miembro y él se puso tenso al instante. Hasta durmiendo lo seducía.

            -Despierta, mi bella durmiente…- le susurró junto al oído.

            Natalie gimió en señal de protesta pero aún así, abrió los ojos. Cuando ella lo vio, sonrió levemente.

            -Umm, pensé que había tenido un sueño, que todo lo de anoche no había sucedido.

            -Pues fue muy real… y ahora mismo has vuelto a encenderme.

            -¿Yo?

            -Sí, te moviste y me rozaste- dijo mientras su mano descendía desde el cuello hasta la altura de los pechos de la joven pero ella agarró las sábanas que la cubrían roja de vergüenza. Esto sorprendió bastante al chico y más después de lo que había pasado la noche anterior- ¿estás bien?

            Ella asintió levemente.

            -Es de día…

            -¿Y?

            Cerró los ojos completamente ruborizada.

            -No me gusta mi cuerpo, estoy demasiado delgada y se me notan mucho las costillas…

            -Anoche te vi desnuda y no pasó nada.

            -Anoche lo hicimos en la penumbra…

            -Vamos, Natalie, no debes pasar vergüenza- dijo él aflojando la presión de las manos de ella y consiguió bajar las sábanas pero ella se cubrió como pudo con los brazos.

            Se sentó y entonces vio sangre en sus muslos, así que se levantó cogiendo la sábana para volver a cubrirse.

            -Tengo sangre en los muslos, debo ir a lavarme- dijo ella.

            -¿Acaso piensas ir al baño a lavarte a esta hora? Todos los alumnos de la academia están recorriendo los pasillos- dijo Ribber cruzando las manos tras la nuca, poniéndose cómodo.

            -¿Y quieres que me pase el día con los muslos manchados?

            -No, espera un ratito y entonces sí podrás salir, por lo que mientras podríamos aprovechar.

            -Yvette me matará, debería haberme levantado hace rato.

            -Tómate el día libre… te lo mereces…

            Natalie lo miró sin comprender.

            -¿Qué?

            -Escapémonos de nuestras responsabilidades… iremos a donde tú quieras.

            La joven se sentó en la cama.

            -Pero… no tenemos a nadie que nos cubra ni nada. Yvette vendría a buscarme y si no me encuentra, me echará de aquí.

            -¿Aún le tienes miedo? Ahora estás conmigo y no podrá hacerte nada- dijo él sentándose tras ella para abrazarla.

            -No podrías hacer mucho por mí. No tengo nada, ella recibió toda la herencia de mi padre.

Bailes de PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora