Cloe llegó a la academia y fue a la habitación de su amiga para buscarla pero no estaba. La cama estaba mal hecha como si la hubiesen hecho a las prisas.
Al no verla, salió de allí para buscarla por los alrededores pero no estaba así que fue hasta la habitación donde dormía Dylan.
Miró la puerta y tras suspirar, tocó en la puerta. Esperó pacientemente y tras esperar un poco se abrió la puerta. El chico la miró.
-Ah, eres tú.
-¿Has visto a Natalie?
-Se fue con Ribber a pasar el día fuera, querían que los cubriéramos.
-¿Y por qué nadie me avisó?
-No tenía tu número para avisarte así que he intentado cubrir a los dos de la mejor forma que pude.
-Ah, pues volveré mañana, entonces- dijo ella dándose la vuelta para alejarse pero él la agarró del brazo. Ella lo miró- ¿qué quieres?
-¿Será que alguna vez podamos hablar con calma y sin insultarnos?
-Un poco difícil- respondió ella- porque aparte de que no nos llevamos bien, me estás sujetando el brazo con fuerza… algo poco respetuoso.
Dylan la soltó y la miró fijamente a los ojos.
-Lo siento- dijo él- siento lo del otro día, me pasé…
Cloe enarcó una ceja y cruzó los brazos sobre el pecho.
-Vaya, el hombre de Cromañón está pidiéndome disculpas… todo un espectáculo.
Dylan, un poco ofuscado, dijo:
-Vale, ha sido un error disculparme, quizás no merezcas mis disculpas.
Se fue a girar y esta vez fue ella la que lo agarró a él del brazo.
-Espera… no he dicho que no acepte tus disculpas… es sólo que… no sé, me pareces un auténtico idiota y no puedo evitar decir lo que digo… pero yo también siento lo del otro día, no debí pegarte así. Ya ves, no soy tan bruja como piensas.
-No puedo decir lo mismo de lo que tú piensas de mí…
Ambos se miraron por un momento sin decir nada. Luego ella se giró.
-Bueno, si no hay nada más que decir, me voy o llegaré tarde a trabajar…
-De acuerdo…- dijo él y cuando la vio marchar, se metió en su habitación.
Se tiró en su cama para descansar. Ese día no había ensayo así que podría tomarse una siesta.
Cloe se dirigió a la boutique y cuando llegó se puso tras la caja un poco distraída. Paolo la observó detenidamente y finalmente se acercó.
-¿Pasa algo?
La joven que estaba con la mente en otro sitio, salió de su ensimismamiento y miró al diseñador.
-¿Eh? ¿Decías?
-Que si te pasa algo, estabas con la mente en otro lado. Esto es por un chico ¿o me equivoco?
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Bailes de Pasión
RomanceNathalie era una joven bailarina con un maravilloso futuro por delante pero un día ese sueño se ve truncado tras una aparatosa caída que le impide volver a bailar ahora trabaja en la academia de su padre, fallecido en un misterioso accidente de tráf...