Gillian y Sarah subieron a la habitación donde estaba Natalie, la cual, abrió un poco los ojos cuando estas entraron.
-¿Cómo está la prisionerita?- preguntó Gillian con voz cantarina a la vez que burlona.
La joven tosió haciéndola quedar sin aire por lo que Sarah, preocupada, fue a acercarse pero Gillian la detuvo.
-Se está ahogando- dijo Sarah.
-No te acerques… Natalie, tengo un regalito para ti- dijo sacando un envoltorio- con esto dejaré tu cara preciosa ¿te gusta la idea?
Sarah miró a su amiga sin comprender lo que estaba pasando y cuando vio qué era lo que había envuelto, dio un grito de horror.
-¡Un cuchillo!
Natalie miró horrorizada el filo brillante del cuchillo y sacando las fuerzas de donde pudo, comenzó a removerse y a intentar soltarse.
Ahora comprendía el por qué cuando alguien tiene realmente miedo, podía ser capaz de despertar hasta un muerto y sacar fuerzas de donde no las había. La joven intentó gritar.
Sarah estaba muy asustada, Gillian estaba peor de lo que ella pensaba. Pudo ver el inmenso miedo de Natalie y vio los pequeños hilos de sangre correr desde las muñecas.
-Voy a destrozar esta preciosa carita que tienes… quién sabe, a lo mejor también te corto las cuerdas vocales y no vuelves a hablar más ¿qué te parece?- dijo Gillian acercándose lentamente.
Natalie se encogió y un grito gutural salió de su garganta. El aire era cada vez menor en sus pulmones.
Sarah comprendió que Gillian iba a hacer daño a la joven, retrocedió sin dejar de observar la horrible escena hasta que estuvo fuera que fue cuando comenzó a correr escaleras abajo en busca de ayuda. Desesperadamente buscó en el hall y entonces vio aparecer a Ribber que acababa de entrar en la academia.
-¡Ribber!- gritó corriendo hacia él.
-¿Sarah? ¿Estás bien? Te veo pálida.
-¡Va a hacerle daño! ¡Tienes que ayudarla!- dijo Sarah con lágrimas en los ojos- lo siento, Ribber, no debí dejar que llegara tan lejos…
La joven cayó al suelo de rodillas, cubriéndose la cara.
-¿Qué estás diciendo, Sarah?
-¡Hablo de Natalie! ¡Gillian la encerró allí arriba y ahora va a matarla!
El chico la miró sorprendido y luego agarró a la joven para levantarla.
-¡Sarah, llama a la policía, rápido!
Tras decir esto, el joven subió corriendo las escaleras. ¿Cómo no se le había ocurrido? ¡Gillian estaba detrás de todo aquello! Tenía que salvar a Natalie.
Cuando llegó al lugar, vio con horror cómo Gillian se acercaba a su novia con un cuchillo en la mano.
-Tu cara va a quedar como un mapa…- susurró Gillian.
-¡Déjala!- gritó Ribber desde la puerta.
Gillian se detuvo, ya frente a la chica, y sonriendo se giró.
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Bailes de Pasión
RomanceNathalie era una joven bailarina con un maravilloso futuro por delante pero un día ese sueño se ve truncado tras una aparatosa caída que le impide volver a bailar ahora trabaja en la academia de su padre, fallecido en un misterioso accidente de tráf...