Capítulo 12

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            Cloe acudió a la facultad donde estudiaba Filología. Aunque ya estaba un poco harta de ir en autobús, quería tener un coche ya. Hacía meses que se había sacado el carné de conducir pero aún no tenía coche propio.

            Llevaba muchos años ahorrando para poder pagar un coche llegado el momento pero haciendo cuentas no era suficiente. Sus padres la iban a ayudar y probablemente tendría un coche pronto. No podía esperar, sobretodo porque cuando lo estrenara, iría a la academia para darle una vuelta a Natalie y también, si podía, para vengarse de ese Dylan por casi atropellarla hacía unos días.

            En el trayecto, vio pasar el coche de sus sueños pero cuando vio quien lo conducía, le dieron arcadas. Era Gillian.

            Gillian conduciendo el coche que probablemente Cloe tardaría mucho tiempo en tener y eso le dio bastante rabia porque sabía que ese coche fue comprado con dinero que le pertenecía a Natalie. Por mucho que el abogado dijera que a Natalie no le tocó nada, ella sabía que una parte de la herencia siempre va a los familiares directos como es la propia hija del difunto.

            Ahí había gato encerrado y se propuso, cuando tuviese un poco de tiempo, ponerse a investigar sobre ello.

            Llegó a la facultad donde se encontró con sus amigos y fue a la cafetería con ellos hasta que empezara la primera clase.

            Mientras, en la academia, todos se levantaron temprano como siempre para comenzar con las clases de ese día y se encontraron con la sorpresa de que ya los papeles del musical estaban adjudicados. Habían puesto la lista en el tablón de anuncios del hall.

            Ribber y Dylan fueron a desayunar cuando vieron a un grupo de personas aglomeradas junto a un corcho.

            -¿Qué pasa ahí?- preguntó Dylan bostezando.

            -No lo sé, vamos a acercarnos a ver…

            Los dos se acercaron y los que se iban al comedor, felicitaban a Dylan.

            -¡Hey, felicidades, tío!- exclamó un chico dándole un ligero golpe en el hombro.

            Dylan frunció el ceño sin entender muy bien a qué venía eso por lo que se acercó hasta el tablón. Ribber leyó el título de la hoja.

            -Eh Dylan, es la lista de los personajes del musical.

            El chico, movido por un impulso, empujó a todos los que tenía delante para apartarlos y buscó el nombre del protagonista. Allí estaba su nombre.

            -¡Yuhu! ¡Soy el protagonista!- se acercó a su amigo- ¡Ribber, soy el protagonista junto con Gillian!

            Ribber sonrió aunque la idea que Gillian también fuera la protagonista no le hacía mucha gracia.

            -¡Felicidades, tío! La verdad es que te lo merecías, llevabas mucho tiempo ensayando para ese papel.

            -¡Es mi oportunidad! Tengo que aprovecharlo al máximo.

            -Quizás de aquí saltes a la fama y sin acabar el curso- dijo Ribber dándole unas palmaditas en el hombro a su amigo- espero que cuando estés en la cima te acuerdes de tus amigos…

            -Claro que me acordaré, cuando recoja el Oscar al mejor actor te nombraré en mi discurso.

            -Eso espero… también si puedes recomendarme, mucho mejor eh…

Bailes de PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora