Una vez dentro del despacho, todos se sentaron alrededor de un enorme escritorio de madera oscura, la misma madera de la que se componían los escasos muebles de la habitación. Una gran librería llena de libros de todo tipo, un pequeño mueble bar. Bajo sus pies había una enorme alfombra de color rojo oscuro con algún que otro dibujo en azul y también había dos sillones dispuestos al lado de la puerta junto con una pequeña mesilla.
-Bueno, Natalie, comenzaremos desde el principio, cuéntame cómo fue la caída- dijo el padre de Ribber.
La joven miró al chico y este asintió para que ella hablara.
-Pues… yo estaba en la final del concurso de baile y me tocaba salir a mí por lo que comencé a bailar, noté que los zapatos resbalaban un poco pero no le di mucha importancia, entonces, justo después de hacer un salto caí al suelo.
-Cuando caíste, ¿qué fue lo primero que chocó contra el suelo?
La joven hizo memoria durante unos segundos y luego contestó:
-Creo que fue la pierna pero no estoy segura.
-¿Te hiciste algo más a parte del golpe en la rodilla?
-Me doblé el tobillo.
-Bien, déjame mirar esa rodilla- dijo el médico levantándose para acercarse a ella.
Natalie se subió la pata del pantalón un poco por encima de la rodilla y el padre de Ribber se agachó para examinarla. La palpó con cierta delicadeza y la miró.
-¿Te duele si hago esto?- preguntó presionando un poco.
-No.
-Interesante… ¿y si aprieto un poco más fuerte?- preguntó presionando más.
-No… ¿eso es malo?
-No, no es malo aunque me gustaría hacerte unas radiografías y si es posible, conseguir tu informe para ver qué dice acerca de tu rodilla, eso, si tú quieres continuar con esto.
Natalie no supo muy bien qué contestar. Por una parte, deseaba continuar y por otra, corría el riesgo de que Yvette lo descubriera y la echara del único hogar que ha conocido. Aún a pesar de eso, tomó una decisión.
-Quiero seguir.
-¿Estás segura?- preguntó Ribber- una vez que comencemos con esto no habrá marcha atrás.
-Segurísima.
-Muy bien, Ribber te avisará para hacerte las radiografías.
-De acuerdo.
-Bueno- dijo Ribber levantándose- es hora de volver a la academia.
-Sí- dijo Natalie y también se levantó.
La joven se despidió del padre del chico y también de la madre. Quería despedirse de Gemma por no estaba en el salón.
-¿Puedes indicarme dónde está la habitación de tu hermana? Me gustaría despedirme de ella también.
Ribber la miró, algo sorprendido pero aún así, le dijo:
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Bailes de Pasión
RomanceNathalie era una joven bailarina con un maravilloso futuro por delante pero un día ese sueño se ve truncado tras una aparatosa caída que le impide volver a bailar ahora trabaja en la academia de su padre, fallecido en un misterioso accidente de tráf...