Beverly estaba en el comedor tomándose unas patatas fritas cuando lo vio aparecer. Era tan guapo y considerado que su mente la llevó a soñar un futuro con él.
El joven al verla, se acercó a ella sonriendo.
-Hola, Beverly, ¿qué tal?
-Hola, Devon- dijo ella sonriendo tímidamente- yo estoy bien ¿y tú?
-Aquí como siempre, ¿qué tal llevas la clase de canto?
-Bueno, no me quejo, aún no he mejorado mi voz pero poco a poco lo voy consiguiendo.
La joven lo miró, su pelo corto castaño y los ojos color azul como el mar, la volvían loca. Él sonrió y le dijo:
-Bueno, nos vemos en clásico.
-Sí, hasta luego.
Devon se fue de allí y entonces apareció Gillian y la miró con los brazos en jarra.
-No me puedo creer que estuvieras hablando con Devon, creo recordar que te dije que no es para ti.
-Sólo hablábamos.
-No debes hacer ni eso… pero mírate, ¿otra vez picando entre horas? Te estás poniendo como una foca.
Beverly bajó la mirada, avergonzada y Gillian aprovechó para quitarle las patatas.
-Lo hago por tu bien, querida, anda ve a ponerte la ropa de clásico.
-Ya voy.
La joven se levantó y salió del comedor pero en vez de dirigirse a su habitación, fue al lavabo. Se miró en el espejo fijamente y se levantó la blusa para tomarse un poco de carne del vientre, se veía gordísima y eso no le gustaba.
Con la mirada perdida se dirigió a uno de los baños, cerró la puerta y miró el retrete fijamente. Se arrodilló y se metió dos dedos en la boca lo que le provocó el vómito. Tras vomitarlo todo, salió y se lavó la cara para recuperarse, Volvió a mirarse en el espejo. Se odió por lo que acababa de hacer pero era eso o que su ropa no le sirviera.
Tras eso, salió y fue a cambiarse a su habitación. No volvería a picar entre horas, se acabó. Se puso las mallas, se recogió el pelo y se fue corriendo al aula donde tendría baile clásico.
Cloe llegó a la academia y se dirigió a la habitación de su amiga.
-¡Hola, hola, amiga mía!- exclamó Cloe al entrar pero al ver a su amiga con las manos vendadas, se acercó a ella y se sentó a su lado- ¿qué te ha pasado?
-Nada, son unas simples ampollas.
-¿Simples? ¿Estás segura?
-Sí, de verdad, no es nada, ya casi están curadas…
-Pero, ¿cómo te lo hiciste?
-Limpiando el suelo.
-¿Cómo que limpiando el suelo? Que yo sepa se limpia con fregona.
-Yo lo limpié con mis manos, Yvette me obligó.
-¿Qué?- preguntó Cloe estupefacta, luego frunció el ceño y dijo- esto ya se pasa de castaño oscuro, ¡te está explotando!
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Bailes de Pasión
RomanceNathalie era una joven bailarina con un maravilloso futuro por delante pero un día ese sueño se ve truncado tras una aparatosa caída que le impide volver a bailar ahora trabaja en la academia de su padre, fallecido en un misterioso accidente de tráf...