Megan estaciona el auto a unas cuadras de la fiesta, con la excusa de mañana pasarlo a buscar. La miro con mis ojos entrecerrados, está niña quiere emborracharse a lo grande. Ella solo se ríe con inocencia y comenzamos a caminar.Nos encontramos en el campus de la universidad de Santa Mónica. Es algo lejos de casa, pero según Megan valía cada metro que recorrimos en su auto.
Diviso la gran casa que le pertenece a una de las fraternidades más buena del lugar. Supuestamente. Siempre oigo hablar de ellos. Nunca había asistido a ninguna fiesta, pero al parecer, Megan sí. Entramos a la casa. No hizo falta abrir ninguna puerta, ya estaba abierta.
Lo primero que noto es que hay muchísima gente. Todos parecen ser más grandes que yo, claro. Muchas chicas, que tranquilamente podrían ser súper modelos, están en bikini. El clima de presta para ello, pero siendo honesta, nunca me pondría un de baño para una fiesta.
Nos hacemos paso entre la gente y Megan me arrastra hacia una mesa— parecía conocer el lugar— porque según ella, nunca es temprano para emborracharse.
No le presto atención cuando toma dos vasos y comienza a preparar unas bebidas. Siempre di asco en esto, a Elliot se le dan geniales las bebidas pero Megan se las apaña.
Miro a mi alrededor. Hay gente bailando, charlando, fumando, besándose con... con lo primero que ven y encuentran. Ya hay algunos bastante borrachos y colgados. Le hecho un vistazo afuera, el patio trasero estaba lleno de gente. Puedo ver una piscina desde aquí y varias mesas de Ping pong, donde la gente juega a ese absurdo juego "Beer pong" nunca lo había jugado y pocas veces lo había visto pero Dios, parece ser una mierda.
Megan me toca el brazo, haciendo que le preste atención. Me extiende un vaso rojo y lo llevo a mis labios.
—¡Joder, esto es fuertísimo!
—exclamo por encima de la música y pongo una mueca de asco. Puedo oír un poco de sus carcajadas.—Esta noche, vamos a ponernos muy, pero muy borrachas— dice en mi oído para que pueda escucharla.
La miro como estuviera loca, pero mi mirada comienza a cambiar. No creo que sea taaaaaan mala idea...
***Esta es la mejor idea del mundo.
—¡Megan, tráeme otro!— exclamo acercándome a mi mejor amiga. Coloco un brazo por encima de sus hombros.
—Si, búscalo tú, Allis— se ríe.
Han pasado... ¿qué? Tres horas, algo así. Megan me ha presentado a unos amigos de ella, pero todos parecen ser idiotas. O al menos eso aparentan, aunque con tanto alcohol encima, no son tan malos. Algunos están bastante guapos.
Mi mejor amiga se niega a buscarme otra bebida más a lo que ruedo mis ojos y decido ir a buscarla yo misma. Me hago paso entre la gente, la cual está igual o quizás peor que yo.
—Uh, preciosa, ¿bailas?— un rubio se gira y no me mira a mi, mira mi trasera. Hago mi mejor esfuerzo para no poner mis ojos en blanco. ¿Quién se supone que va a decirle que sí, si esta es su manera de invitar a bailar a alguien?
—Si, pero no contigo— le digo en el oído ya que se ha acercado más de la cuenta. Lo empujo y me da una mirada resentida. Lo ignoro y llego a la mesa de bebidas.
Luego de prepararme algo, lo tomo de un solo tirón. El líquido arde en mi garganta y pongo una mueca cuando dejo el vaso en la mesa.
—¿Eres la novia de Max Taylor?—una voz en mi oído me sorprende y doy un salto cuando veo a un chico aparecer. Frunzo el ceño.
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Un amor inesperado
Teen FictionAllison Johnson una chica extrovertida y segura de si misma, la cual afrontará problemas que la ayudarán a ser más fuerte❣️. Max Taylor capitan del equipo de Lacrosse y modelo se verá envuelto en muchos problemas gracias a su vecina Allison, problem...