Capítulo 35: Imbécil

9 6 0
                                    


Los minutos parecen ser horas. Y no miente. Generalmente me interesan las clases de historia. Generalmente.

El profesor está dando una tarea porque todos están copiando algo en sus cuadernos pero yo simplemente tengo mi palma en mi mandíbula y observo como todos hacen lo suyo, rogando que el profesor no me regañe por no hacerle caso.

Es martes y no tengo ganas de hacer nada.

Ayer fue lunes (obviamente) y tampoco tuve ganas de hacer nada. Aunque se ocurrió algo interesante, esa discusión con Bratt. No ha dejado de molestarme desde entonces.

«Allison, estás mal»

Ya lo sé.

«Allison, necesitas ayuda»

También se que la necesito.

Pero nada de ayudas profesionales. Necesito a mi hermana menor, a mis mejores amigos, quizás necesite hasta a Max. Odio extrañarlo tanto. Odio tener que verlo hablar con Samanta como si lo nuestro hubiera sido una alucinación producto de mi cabeza. Cómo si nunca me hubiera dicho que tiene sentimientos por mi más allá del odio, como si nunca me hubiera besado, sostenido entre sus brazos y visto The Vampire Diaries conmigo.

En mi vida he odiado a Max. Muchas veces. Como esa vez que le puso queso derretido a mis zapatos, que le puso cebolla a mi desodorante, que soltó una cabra en mi habitación, ah, y ¿cómo olvidar esa vez que saboteo una sesión de fotos y le puso arañas a mi ropa?  

Sin embargo, este odio es diferente. Es el mismo odio y quizás peor, que sentí esa vez que lo encontré besándose con Samanta cuando supuestamente estábamos saliendo.

Has caído dos veces, Allis.

Bravo.

Simplemente, bravo.

En un intento de dejar de pensar en Max, recorro con la mirada todo el salón de clases. Agradezco que ni él ni Samanta estén esta clase, al menos un tengo un respiro de ellos. Me encuentro con Bratt mirándome fijamente. Ayer le he dejado claro que o cambia su actitud o se aleja. Lo miro también, me sorprende encontrarme con que tiene ojeras, es el chico más perfecto del mundo, después de Channing Tatum, claro.

No puedo quejarme mucho, también tengo ojeras.

—Johnson— la voz del profesor hace que quito mis ojos de mi mejor amigo. El profesor de cabello rubio me mira de brazos cruzados.—¿Has estado prestando atención?

—No, lo siento— murmuro bajo y comienzo a copiar lo que estaba en la pizarra sin muchos ánimos.

No llego a copiar mucho ya que el timbre suena y la banda de estudiantes se paran apresurados para irse al receso. Guardo mis cosas en mi mochila y soy una de las últimas en salir. Voy de camino hacia mi casillero cuando tres personas me interceptan bloqueando mi camino.

—¿Se les ofrece algo?— les pregunto a Megan, Bratt y Elliot.

—Vamos a dejarnos de tanta mierda— sentencia Megan cuando Elliot parecía comenzar a llorar. Se cruza de brazos, toma un paso adelante y me mira a los ojos.—Allison, vas a dejarnos ayudarte. Quieras o no.

—¿Ayudarme en qué?

—Necesitas a tus amigos— dice simplemente.—Permítenos hacer el trabajo que siempre hicimos.

—Exacto. Necesito a mis amigos, no sus miradas de pena y sus "Allison, necesitas ayuda"— miro de reojo a Bratt.

—Lo siento tanto, Allis— dice mirándome muy apenado.—Soy un idiota, no se cómo lidiar con estas cosas...

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora