Capítulo 15: Los juegos mentales son una venganza muy dulce

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Vuelvo a abrir mi clóset en busca de ropa para la fiesta de hoy. ¿Por qué esto debe pasarme todas las santas veces que decido ponerme algo? ¿No puede caer del cielo y ya?.

—Me estas desesperando— Bratt decide volver a hablar después de haber batido récord, manteniendo por medio segundo segundo.—Tienes básicamente una habitación para toda tu ropa y no encuentras nunca nada.

Ruedo mis ojos, aunque él no pueda verme.

—No me entenderías— contesto asomando la cabeza para verlo, echado en mi cama, con una camisa roja y unos vaqueros negros, listo para irnos a la fiesta.

Despega la vista de su celular.

—Tienes diez minutos. Estés lista o no, me voy—anuncia y comienza a tomar el tiempo con su reloj de mano.

Bufo. Alan había quedado en pasarme a buscar, pero le surgió una cosa de último momento u no sabe si podrá llegar. Entonces, tuvo que llame a Bratt.

Me tomo sus palabras de irse enserio. Es capaz y no quiero perderme está fiesta.

Maldigo varias veces en voz baja mientras que tomo una falda negra, y acompaño el conjunto con algo de la nueva colección de mi madre, un suéter off shoulder color crema. Probablemente me haga mucho calor luego, pero no tengo ganas de seguir pensando.

Me decido por unas botas tejanas negras. Duelen un poco, pero es porque es la segunda vez que las usaré. Es hasta que se ajusten a mi.

No me pongo mucho maquillaje. Me las empañó con un poco de máscara y rubor.

—Estaba a punto de irme— me cuenta Bratt apoyado en el marco de la puerta de mi habitación.

—Menos mal que no lo hiciste— digo apartándolo para salir.

—Te ves hermosa como siempre, Allis. No sé porque el drama con la ropa— bufa.

No puedo evitar sonreír un poco.

Bajamos las escaleras hacia la sala de estar donde mamá se encuentra en el sofá más grande de la sala, con sus pintas del trabajo pero descalza y con una copa de vino en su mano derecha.

—Me voy, mamá— le aviso, aunque ya lo había hecho antes. Voltea a mirarme y recorre mi atuendo. Finalmente, asiente como si lo aprobará.

—Cuídala mucho, Bratt.

—Siempre, Clara— le asegura mi mejor amigo con una sonrisa y aprovecha para desordenarme el cabello cómo si fuera su hermana menor.

Una vez que estamos afuera, empiezo a pensar en lo que me dijo Emily la semana pasada con respecto a mamá. Creo que tiene razón. Deberíamos tener una charla con ella lo antes posible.

     
  
                              ***

Cuando me bajo del Jeep de Bratt, ya puedo oír la alta música, aunque estuviésemos estacionados a unas casas antes. Me pregunto cuánto van a demorar los vecinos en llamar a la policía, si es que no lo hicieron todavía.

—Tengo el presentimiento de que Emily está en la fiesta. No me dijo nada, pero no me sorprendería— comento cuando me sumo a Bratt en la acera.

—¿Y cuál es el problema?

—¿Una noche con el pesado de Max más la parejita del siglo?— inquiero como si fuese obvio.

—Ignoralos. Suficientes energías gastas en esos tres.

Asiento. Tiene razón. Es mejor ignorarlos.

Bratt.

Antes de entrar a la fiesta la envío un mensaje a Emily y a los demás para avisarles que todo está saliendo conforme al plan y que ya está por entrar con Allison.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora