Capítulo 20: ¿Qué mirabas con esos ojitos?

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¿Qué le acaba de pasar a Emily?

Nunca en mi vida la había visto así. Enojada la veo todos los días, pero desquitándose conmigo es raro. Nunca me ataca tan... personalmente.

Me siento en la cama y luego el cansancio me vence y termino acostada, con la vista en el techo.

¿Mi hermana tiene razón? ¿Qué si todo este tiempo estuve enamorada de Max y para negarlo, empecé a odiarlo?

Me cuesta asimilar todo ahora mismo, me siento rara. Un torbellino de emociones me arrasa por dentro y no se cómo pararlo. Por primera vez, comienzo a ver las cosas en una diferente perspectiva, una que me asusta como la mierda.

La puerta se abre, no me hace falta girar para saber quién es. Emily no volverá hasta que yo me vaya, papá y James tocarían la puerta, y Elena no vendría así como así.

—Pecesito, arriba— la insoportable voz de Max llega a mis oídos.—Tenemos planes.

Un poco confundida, me apoyo en mis codos para poder verlo.

—¿Qué planes?

—Siniestros, te lo aseguro— dice como maniático mientras abre los armarios y revisa que no haya nadie, cerrando ventanas y corriendo cortinas. No, lo confirmo. Es un maniático.

—Deja de actuar como un loco y sal de mi habitación.

—Shsh— me valla.—Debemos actuar rápido, James y Emily están... no se que están haciendo, pero tengo un plan.

—No, Max. No estoy de humor para planes— le digo y vuelvo a acostarme. Estaba atravesando una crisis interna y silenciosa cuando entró.

Se queda en silencio.

—¿Qué te pasa?

—¿De verdad estás preguntándome que me pasa?— le digo. ¿Qué le sucede al mundo hoy? ¿Max y yo conversando por segunda vez en la mañana?.

—¿Está sorda? Me escuchaste.

—Muchas cosas— respondo.

—¿Y cuando vas a estar mejor?

—Cuando te vayas.

—Bien— dice y se va asegurándose de dar un portazo al irse.

¿Max se acaba de preocupar por mi?

Dios, necesito dormir.

       
                              ***

Cuando me levanto, estábamos cerca de la hora del almuerzo.

Salgo de mi habitación cuando oigo la voz de Elena llamándonos. Llego al comedor, no había nadie aún.

—¿Y los demás?— pregunto algo dormida.

—Tú papá fue a buscar unas cosas en la ciudad, debería estar aquí en unos minutos. Max está con Matías en la piscina pero no se donde están Emi y James. ¿Los puedes llamar?

Asiento.

Por una extraña razón, se donde están. Y por instinto, sé que no me va a gustar.

Llego a la puerta de la habitación de los Taylor. ¿Toco o no toco? Nah.

Me arrepiento de no tocar cuando cosas sucias pasar en esa habitación.

James y Emily se giran. Mi hermana grita, a James se le encienden las mejillas. Llegué a tiempo por qué aunque los dos estén en la cama, por suerte conservaban su ropa.

—La comida está lista— digo con mis ojos cerrados. Demasiada inocencia en mi.

Rápidamente, me giro y cierro la puerta. Necesito cloro en mis ojos, ya. Dios. ¡Le dije a Emily que mientras estemos aquí no!.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora