Capítulo veintiocho: Confesión.

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Narra Lillai:

La claridad estorba mis ojos y la grave iluminación hacen que mueva una nube para que cubra el sol. La magia corre como corrientes eléctricas contra los conductos, se escabulle y late contra mis costillas. Tomo aire lentamente, me siento satisfecha y centro mi vista de nuevo en John. Parece ser que se ha perdido en el silencio que he dejado entre los dos involuntariamente.

El hombre musculoso desliza entre sus enormes dedos la pequeña cuchara de plata, que se utiliza para mezclar la miel en el té; estoy segura de que podría torcerla si aplica la fuerza necesaria. Mi magia se alborota cuando pienso en el hecho de doblar y destruir la pequeña cuchara, sería satisfactorio, como sacarle los pétalos a una flor.

—Sé que le tienes miedo —levanto la mirada de sus dedos y observo su ceño fruncido, éste sigue concentrado en la diminuta cuchara—. Al sin rostro, cualquiera le tendría miedo a algo oscuro que te persigue y te quiere destrozar al final —sus ojos suben, pero no hacen contacto con los míos, se pierden en un collar de oro que descansa al rededor de mi cuello—. Pero no lograrás nada si sigues escapando o dándote por vencida —sus mirada choca contra la mía, estiro los hombros—. Confías en ti misma cuando caminas por el palacio, sigues adelante Lillai, te he visto ¿Qué diferencia tiene si lo haces en un sueño? Descubre su rostro, destrozalo como el demonio lo hace contigo.

El tenedor que permanece al lado de la ensalada comienza a desfigurarse, pero no tengo tiempo de sentir la satisfacción ya que Alice, Liz y Derek nos ven a lo lejos y John los invita a sentarse con nosotros, dando nuestra conversación como conclusa.

Sé que puedo hacerlo, sé que las pesadillas pueden terminar si soy lo suficientemente valiente como ara enfrentarme al espectro. Pero cada vez que estoy cerca, parece ser que todo cae en mi contra. El sin rostro toma la delantera y en la pesadilla de hoy, cuando perdí el ritmo de la victoria, éste ha logrado arrancarme el corazón del pecho. Es la primera vez que lo hace, la primera vez que siento sus garras cavar hasta dar con el órgano palpitante, la primera vez que veo mi corazón negro palpitar entre la mano de alguien.

Liz me da un amistoso beso en mi cabellera refinada, este logra despertarme de los recuerdos. Sonrío de medio lado automáticamente y Liz no parece notar mi incomodidad, ya que se da media vuelta para sentarse en la silla vacía que está justo a mi lado. Dos mucamas se acercan amablemente a ofrecerles a los nuevos invitados algo de beber, todos aceptan y ellas se retiran.

Entre todos se saludan y entablan una pequeña conversación, pero es lo suficiente para notar la conexión entre los cuatro individuos. Liz sonríe ante un comentario innecesario por parte de Derek y John le muestra a Alice lo pequeña que es la cuchara en comparación con su mano. Son conversaciones sin sentido, hasta absurdas. Pero todos sonríen, se miran con alegría, viven y puedo ver con facilidad la luz reflejada en los ojos de todos. Los miro expectantes y me pierdo en el momento.

—Lillai —me llama Liz, chasqueo un dedo, mi magia envía una fuerza sobre mi columna vertebral para despertarme—. ¿Te parece bien?

Muerdo mi lengua con frustración, al final me he perdido entre mi propia cabeza y he perdido el hilo de la conversación. Acomodo la parte delantera del vestido, aparento que solo estoy eliminando arrugas, pero en realidad es que este traje ya me está ahogando. El agua regresa a mi cabeza, me veo envuelta en la profundidad del pozo y tengo que obligarme a respirar para recordarme que no hay agua en mis pulmones—. Lo siento, me perdí ¿Qué has dicho?

Liz me da una palmada amistosa sobre la palma de la mano—. ¿Te parece bien si Alice y yo nos quedamos un poco más en el palacio? —me pierdo en sus ojos, quiero creer que quiere quedarse en el palacio porque los seguidores ya no dependen tanto de las dos hermanas. Pero hay una pequeña fracción de segundo en donde puedo notar que le gustaría quedarse por mí. El vestido comienza a sentirse más apretado que antes.

La Magia En Ella: El Reinado [#2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora