La Magia En Ella: El Reinado [#2]✔️

Capítulo cincuenta y nueve: Una lucha interminable.

Narra Ayra:

Pocos días después...

El paso del tiempo es indefinido, a veces pienso que es inexistente y que todo está en mi cabeza. Pero siempre trato de averiguar cuanto tiempo ha pasado desde ciertos acontecimientos... en este caso no logro calcular el aproximado desde hace cuánto Codor me ha confesado su secreto ¿Un día? ¿Dos días? Definitivamente debe de ser alrededor de tres días.

Cada vez que parpadeo, como o hablo con cualquier rebelde siempre pienso en la confesión más oscura de mi amigo, es un infiltrado ¿Por qué? ¿Por qué es que la bruja ha decidido tomar también a mi amigo? ¿Lo planea matar? ¿Tiene más planes tétricos? ¿Lo abusa?

Miles de preguntas cruzan mi cabeza cuando pienso en las posibilidades del porqué, pero nunca llego a ninguna respuesta. Siempre me quedo en blanco... o simplemente pienso en más preguntas que no me atrevo a preguntar.

He estado evitando a Codor... a mas no poder ¿Por qué? Porque cada vez que lo veo no puedo evitar sentir ganas de vomitar, de llorar y de correr a esconderme. Hay demasiada información en mi cabeza, mucha para ser verdad y no tengo ni la menor idea de qué hacer con ella ¿Cómo la puedo hacer desaparecer? Si no lo hago pronto puede que alguien la logre sacar de mí sin que yo lo permita ¿Será lo correcto? ¿Qué alguien sepa el secreto de Codor y los del jefe?

Nada está bien, el tiempo vuelve a jugar con mi cabeza... y ahora me duele.

Codor ha estado tratando de comunicarse conmigo de una manera insistente, de cierta forma me aliviaba las veces que lo veía buscándome por los pasillos, mientras que las otras veces en las que desaparecía me sentía con nauseas ¿Estaría con la bruja? ¿Por qué lo pregunto? Es obvio que todas esas veces que no me estaba buscando para hablar estaba en el palacio.

Cuando desaparecía clamaba en mi cabeza para verlo de nuevo por los pasillos, ya que quería tener la certeza de verlo con vida. Por dicha... la bruja no lo ha asesinado... aún. Al parecer Codor es muy bueno ocultando sus secretos, tal vez más que yo.

He pasado la mayoría del tiempo con la mejor amiga de Tracy, escondida en mi habitación o en reuniones con el jefe, Lalo y Tony, todo lo hacía para alejarme de Codor. Cuando veía que intentaba caminar hacia mí, siempre huía en la dirección contraria. Me escondía y él siempre le preguntaba a los demás rebeldes por mi presencia.

Muchas veces lloré en silencio, con el fantasma de Tracy a mi lado. Necesitaba ayuda de alguien y ese alguien era Codor, no sabía por qué sentía tanto dolor, pero tampoco quería correr hacia él y preguntarle... no soy lo suficientemente fuerte como para hacerlo aún.

En otras ocasiones, cuando me llamaba con la mirada podía ver respuestas en ella... tal vez no tan claras como si hubieran salido de su boca, pero las lograba suponer. Se sentía desesperado y adolorido de igual forma ¿Por qué no escoge un bando? ¿Por qué tiene que estar entre los dos? ¿Por qué ha tenido que defraudarme de esta forma?

Una vez logró decirme unas palabras, esas con las que tuve pesadillas la noche anterior.

—Lo hago porque es lo correcto —lo había susurrado cuando logró posarse a mi lado en la asamblea. Recuerdo que quería escapar, pero mi pequeño cuerpo no podía moverse entre la multitud—. Porque creo en un futuro exitoso, porque quiero ver el bien en el mundo, porque quiero parar todo esto —señala con sus manos los cuerpos de los rebeldes—. No lo hago con maldad, Ayra, por favor mírame —y fue mi error hacerlo—. Todo esto no solo lo estaba haciendo para salvarlos a todos de la condena, pero ahora también lo hago por ti.

Salí huyendo en cuanto tuve la oportunidad ¿Por mí? ¿Por qué lo hace por mí? ¿Por qué cree que al estar en el lado de la bruja verá un fututo exitoso? ¿Por qué quería que lo mirara? Entre las preguntas regresan imágenes, aquella vez que vi a la bruja desaparecer a todos los rebeldes y luego como las lágrimas se resbalaban por sus mejillas, como entré en el castillo y no había ni una sola alma infeliz.