Capítulo sesenta y seis: Hermanas.

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Narra Ayra:

Los pasillos están cubiertos en sangre, las paredes impolutas que llegué a conocer no existen, son cosa del pasado. Los gritos, muerte y sufrimiento es el presente. Lo que veo ahora es la perfecta representación de mis propios recuerdos. Mi propia aldea envuelta en nada más que en soledad y fantasmas, mi hermana sin vida entre mis propias manos.

¿Qué deparará el futuro? Muerdo el interior de mi mejilla y me escondo tras uno de los enormes cuadros que ha caído al suelo, espero que pase la gran manada de oficiales del palacio, solo soy yo y mi arma... No podré derrotar a tantos yo sola, por más que desearía poder hacerlo. Miro entre mis manos la pistola que me han otorgado, lo pesada que es. Juego con el gatillo por unos segundos ¿Horas? ¿Podré acabar con la que inició todo esto? Una sola bala en un punto débil y podrá irse al fin del mundo... o al infierno ¿Existe?

Cuando no hay personas de mi bando contrario alrededor, decido colocarme de pie y salirme de mi escondite. Tengo un solo deber en este momento, encontrar a la bruja y acabar con ella. Después me preocuparé en encontrar a Codor para salir de aquí de una vez por todas antes de que los rebeldes lo encuentren y quieran acabar con él también. Pero primero debo de centrarme en lo que está pasando ahora, en la destrucción y en cómo encontrar a la bruja.

Si fuera yo la portadora del poder ¿En dónde me escondería? Me enfoco en detectar desastre que haya sido causado por sus propias manos y no muerte ocasionada por una bala. Necesito encontrar la magia y encargarme de seguirla ¿Huir? No podré huir ahora, caminaré con mis pies adoloridos, mi cuerpo cubierto en cuchillas y con el corazón entre mi puño. Se lo debo a mi hermana, a mi pueblo, a Codor, al país.

Seco el sudor de mi frente y frunzo mi ceño cuando escucho entre el bullicio unos pasos característicos. Me voy lejos de las peleas entre bandos contrarios y decido entrar en un pasillo desierto, en donde pueda cerrar los ojos y centrarme en escuchar con más claridad. Al principio, solo logro escuchar mi propio corazón latir en puro miedo y desesperación. Luego, detecto de nuevo entre el bullicio, los tacones resonar contra el suelo de mármol.

No hay nadie más en todo el palacio que los utilice mientras batalle, nada más que la mismísima bruja ¿Pero en dónde está? ¿Por qué es tan difícil seguirle el ritmo? Estoy a nada de encontrarla y acabar con ella ¿Por qué es esta la parte más costosa? Con cada paso que da, es otra indicación para que mi corazón de otro salto y mis pulmones acaben sin aire. Puede que me sofoque y muera aquí mismo si no tengo cuidado.

Entre el pasillo desierto busco a mi hermana fantasma, no la veo aparecerse ante mí tal como aquellas otras veces cuando tengo miedo y la necesito a mi lado. En vez de eso, me aferro a los anillos sobre mis dedos que le pertenecían y al viejo reloj aún en mi bolsillo. Mis dedos chocan contra el colgante del jefe, igualmente me aferro a el, ya que me recuerda a mi misión.

Los pasos se acercan más y más, los gritos parecen culminar conforme se aproxima. Me coloco de cuclillas y dejo una mano sobre el suelo ¿Está vibrando? Dejo mi espalda contra la pared, pequeñas sensaciones, similares a los rayos que veo en el cielo cuando hay tormenta, se esparcen sobre la pared y terminan por recorrer mi cuerpo de la misma forma. Me alejo con rapidez y justo cuando detecto los pasos tener más cercanía, me caigo al suelo y pretendo estar inconsciente.

No dejo de sostener mi arma entre mi mano y aguanto la respiración. Los pasos provienen desde mi izquierda, camina por el pasillo justo en donde estaban ocurriendo varias peleas sangrientas, pero termina todo en silencio cuando aparece. Entreabro un poco los ojos y la veo pasar.

Es solo un segundo, pero fue lo suficiente para mirarla en todo su esplendor. Cabello blanquecino suelto, traje hecho trozos y cubierto en la sangre de sus enemigos. Cuello estirado y cabeza en alto, ojos llenos de enojo. Sus brazos cubiertos en luces moradas y cierto líquido negro envolver sus dedos. Desaparece por el pasillo, cuento cinco latidos de mi corazón y me pongo de pie.

La Magia En Ella: El Reinado [#2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora