Capítulo dos: Una carta.

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Narra Lillai:

—Las renovaciones, no solo en la ciudad de Catasque; pero en muchas otras... Me parece impresionante —el señor Marin, lame la yema de su dedo y prosigue a pasar a la siguiente página. Mientras comienza a leer, rasca su larga barba blanquecina con cabellos grises. Las arrugas en su rostro se anulan casi del todo, cuando observa con fascinación mis logros como la nueva líder del país que anteriormente contenía mucha pobreza. Avanzo poco a poco, pero aunque sea un pequeño paso, cada día logro sacar nuestro país hacia adelante.

Descanso mis brazos sobre la silla y mi espalda contra el respaldar, al ver que le parece lo que he hecho, me relajo—. Otros líderes verán esto como exitoso, te felicito Lillai.

El señor Marin no solo es mi mentor, es también uno de los encargados de comenzar relaciones exteriores con otros países. Se encarga de las exportaciones y del dinero. Es un hombre sabio y de mucho coraje, también una de las pocas personas en este lugar que me llaman por mi nombre; pero tampoco subestima mi edad y género para liderar. No le teme a mi cercanía, al contrario, prefiere tenerme cerca en la mesa de reuniones para que logre entender con claridad cada una de sus enseñanzas.

Se deshace de sus pequeños lentes cuadrados y deja el folleto a un lado—. Supongo que está en desacuerdo con algo —Marin puede estar soportando una idea o no, el problema es que no tiene poder sobre lo que dice. Yo soy la encargada de ejecutar las desiciones.

—Me parece excelente todo —habla con su tono de voz relajado y me observa con intriga—. Eres una de las pocas monarcas de las que me atrevo a respetar —me señala con su dedo índice, permanezco inmovilizada en mi silla con los ojos bien puestos en su rostro demacrado por el estrés de los años; pero no puedo evitar ver de reojo la sonrisa de orgullo en los labios de Clove

>>—Hay unos cuantos países que han estado comunicándose conmigo, no es suficiente; pero sigue siendo por el hecho de que eres bruja, les importa más eso que tu contextura femenina —entrelazo mis manos—. Pero con paciencia, les demuestras lo contrario. Necesito que sigas así, entre más vean tu capacidad de mejorar el caos que dejó aquel inservible, más querrán aceptarte —me dedica un intento de sonrisa, no suele mostrar mucho sus emociones—. Ahora continuaré con las malas noticias —trato de no decaerme—. Uno de nuestros puertos ubicado en el país vecino ha sido cerrado debido a tu reinado, las importaciones están cayendo de nuevo.

—Pues probaremos con uno de nuestros países aliados.

—Sabía que dirías eso —se inclina al frente, probablemente sea difícil mirarme sin sus lentes—. Veré lo que puedo hacer en ese caso. Habrá una pequeña posibilidad de que alguno de los líderes de otra nación quiera comunicarse contigo personalmente —vuelve a señalarme—. No te niegues, no es una orden, solo un consejo.

Lo observo con mucho detalle, rasca su larga barba de nuevo y éste hace lo mismo que yo; perderse en los pensamientos duraderos. Liderar un país no es fácil, menos cuando hay pocos dispuestos a aceptarte como la nueva Reina. Muchos lo ven como lo correcto, otros como si el demonio quisiera tomar control del mundo—. Espero que no tengamos problemas con eso, aunque sean aliados también pueden negarse y no quiero recurrir a las tácticas del antiguo líder —el que asesiné—. Pero tampoco quiero que sea cuestión de suerte...

Alguien abre las puertas con brusquedad, los guardas no se alarman mucho; sabemos quien hace este tipo de entradas por aquí. Amalia, viste su típico y ahora renovado uniforme de mi ejército. Lleva el cabello recogido en un moño ajustado, parece doler con solo observarlo. Tiene dos armas a los costados de su cuerpo que la hacen lucir más intimidante, además de su evidente musculatura.

Ya no es la chica delgada combatiendo una enfermedad en su antigua oscura habitación. La cicatriz, que cruza la mitad de su rostro, está ahí para recordarme la mujer que es ahora—. Su majestad —entra dando grandes zancadas—. Espero no estar interrumpiendo —las puertas se cierran lentamente tras ella.

La Magia En Ella: El Reinado [#2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora