Capitulo 29

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            -El tipo encargado de la sala de videos; dice que Carlos le dio una buena suma de dinero para que lo dejara ingresar, solo, a la sala de control.-fueron las palabras de Fernando que escuche mientras hablaba con Paola-

            -¿Y cuál será la solución a esto?

            -Quiere dinero.

            -¿Cuánto? Lo que sea necesario, siempre que me garantice que no hará publico ese video, y que elimine cualquier rastro de él.

            -Oh, señorita Di Fiore, no olvide que está tratando con un abogado, y lo que él no sabía era eso. Haberme pedido dinero fue su gran error, es chantaje y ya está preso.- Un gran sentimiento de alivio recorrió todo mi cuerpo, fue como levitar en la calma-

            -No puedo creerlo, ¿quiere decir que ya finalizo toda esta pesadilla?-Paola estaba inundada de euforia, tanto así que comenzó a llorar y a sonreír mientras lo hacía, corrí a abrazarla-

            -Así es señorita Di Fiore, así es.

            -Debo agradecerle esto de alguna manera, mi esposa y yo estaremos eternamente agradecidas con usted. Puede contar con nosotras en cualquier momento que lo necesite, allí estaremos.

            -Entonces las espero este viernes por la noche en “Conicus”.

            -¿La disco Gay?

            -¿Se animan?

            -Claro que sí, Samantha y yo estaremos ahí.

            Paola cortó la llamada y coloco el celular en la repisa que estaba en la cocina; la abrace aún más fuerte; fue como unir nuestros sentimientos, sus brazos rodeaban mi espalda y los míos la de ella. Llorábamos juntas, de la felicidad que sentíamos, por fin esta pesadilla había acabado y esta vez para siempre. Las copias estaban eliminadas en su totalidad.

            -Nos invitó a “Conicus”.

            -Ese lugar es muy costoso mi amor.

            -Pues…-entonces rodeo mi cintura con sus manos y me dio un suave jalón, para pegarme también a la de ella- ¿No crees que merecemos un poco de diversión?

            -¿No crees que fue suficiente en la piscina?- le dije mientras rosaba su mejilla con mis dedos y la miraba de una manera muy provocadora.-

            -No me parece-comenzó a recorrer mi espalda con sus manos, luego me dio vuelta, llevo sus manos a mis hombros y empezó a masajearlos, ella respiraba muy cerca de mi oído y eso hizo que mi piel se erizara- No me tientes Samantha Miller- dijo de una manera muy provocativa.

            Me aparte de ella, porque sabía que si continuaba así, terminaríamos en la cama y no sería durmiendo. Me sentía agotada, quería descansar. Le pedí que ya fuésemos a dormir, al día siguiente nos esperaba un largo día de trabajo, ya que habíamos acordado una importante reunión y los jueves Paola debía ir por nueva mercancía para las tiendas.

            Ya eran las siete de la mañana y nos levantamos, nos duchamos juntas, y decidimos vestirnos una a la otra; salimos de casa y fuimos a desayunar a un café que estaba cercano a la casa, hace poco lo habían inaugurado  y la verdad es que era bastante bueno el servicio ahí. Terminamos el desayuno y nos fuimos cada una por su parte, yo a la tienda y Paola a verse con los proveedores. El día transcurrió bastante tranquilo, llego la noche, fuimos a casa y seguidamente llego el viernes. Transcurrió igual, pero al llegar la tarde Paola pasó por mí para irnos juntas a casa.

¿Amigas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora