Sabes que tu felicidad está completa cuando sientes esa plenitud y esa sensación de paz y calma en tu interior, cuando lo que más deseas es ver a todos los que amas cerca de ti y siendo felices contigo. Para mi tener a la mujer que amo, a mi hijo en el vientre, a mi madre y mi padre aceptando mi vida, mi familia unida, es la felicidad plena. Y además, el mejor regalo de bienvenida.
Pasamos un hermoso día, compartimos muchísimo, recibimos presentes por la espera del bebe y finalmente al caer la noche todos se fueron. Paola y yo estábamos muy cansadas ya, y nos quedamos un momento en el mueble de la sala, viendo la pared, en silencio, tomadas de la mano. Luego yo recline mi cabeza en su hombro y me quede ahí.
-¿Alguna vez te he agradecido por algo?-Le pregunte.
-¿A qué te refieres?
-No lo sé, creo que es hora de expresarte todo el agradecimiento que tengo hacia ti Paola...
-No, mi amor, no es necesario que agrades...
-Escúchame por favor... Desde que somos amigas, solamente amigas, me has cuidado tanto, siempre estás ahí, dispuesta a mí, aun cuando te desaparecías meses en tus viajes. Pero cuando decidimos zarpar en este viaje maravilloso de amarnos como mujeres, y más allá de amigas. Yo me volví tu mundo, y tú giras en torno a mí, cada cosa que haces es para hacerme feliz, y si algo haces mal siempre quieres solucionarlo. Siempre tienes un detalle, un presente, una palara, una mirada, alguna caricia o solo un beso. Quiero que sepas que cada una de esas cosas para mí es sumamente valiosas, son gemas que voy guardando en mi colección de recuerdos, que para mí son joyas. Y ahora, tu hijo en mi vientre, no hay mejor cosa que eso, estamos creciendo juntas, como pareja, como personas y mira, ahora como familia. Te amo Paola, te amo de una forma única y especial, de la que estoy segura pocos logran amar, de esa forma en que tu alma se fusiona con la otra persona y tu cuerpo ya no le pertenece a nadie, de esa forma en la que te enamoras todos los días. Te pertenezco –Paola me miro, tomo mi rostro, me beso la frente y dijo:-
-Déjame hacerte el amor.
-Mi amor...
Se levantó y me cargo hasta la habitación, me coloco en la cama sin dejar de besarme. Comenzó a retirar cada pieza de mi ropa hasta dejar mi cuerpo completamente desnudo, para luego desvestirse ella; cuando acabo, me miro y dijo: -"Ya verás lo que es fusionarse"-. Tomo mis pies y los beso, cada uno, cada parte de ellos, subió hasta mis rodillas sin dejar de besar mi piel; al llegar ahí se detuvo, y poso sus manos a los costados de mis mulos, subió afincando sus uñas, hasta mis caderas, se sentó sobre ellas, y pude sentir como su vagina comenzaba a humedecerse. Miro mis senos y los toco, masajeo mis costados, mis brazos... yo mientras, sentía como sus fluidos empezaban a pasar a mi pubis, y eso me excitaba tanto... Ella noto como mi respiración comenzó a cambiar y entonces paso a chupar mis pezones, los mordía, los halaba; hasta que los dejo tan erectos que podía sentir un leve dolor muy placentero. Paola sin más preámbulos, abrió mis piernas y comenzó a hacerme un oral el mejor que me ha hecho en su vida, podía sentir su lengua pasear en mi vagina, moverse tan rápido en mi clítoris, succionaba mis labios vaginales, y pues yo no pude evitarlo, comencé a contraerme y ella introdujo su lengua en mí. Eso fue como ver el paraíso, sintiendo el calor del infierno en mi vagina. Se acumuló un peso enorme en mi clítoris, y le hundí su cabeza en mí entre pierna, entonces ella entendió que yo estaba a punto de venirme, quería hacerlo en su boca movió tanto su lengua dentro de mí, no dejo de hacerlo, de hecho incremento aún más la velocidad. Ahí fue cuando sentí como se iba liberando toda esa presión concentrada en mis genitales y como sentía bajar todo aquel liquido mientras ella no se apartaba, se quedó ahí, sosteniéndome fuerte, hasta que deje de moverme por el placentero orgasmo. Cuando culmino se apartó y me miro, empezó a subir, sin dejar de observarme mientras saboreaba sus labios de la forma más sensual que puedan imaginar. Puso su rostro frente al mío, y pasó su lengua por mis labios, y luego la introdujo en mi b oca, para empezar a besarme. Me beso tanto que mis labios dolían, pero sé que había más por dar y fue cuando puse mi mano en su vagina, tan húmeda, tan cargada e hinchada, podría asegurar que estaba muy rosada; sabía que me deseaba, que deseaba que la penetrara, así que deje el protocolo, y le introduje dos de mis dedos en la vagina, y la folle la folle, como jamás lo había hecho, tan fuerte, pero a la vez tan romántico. Yo los llevaba a dentro y a fuera una gran cantidad de veces, hasta que escuche sus gritos fuertes, que me enloquecieron, y le di más duro, que me gritaba que le dolía, pero que no me detuviera...
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¿Amigas?
RomancePaola y Samantha son mejores amigas desde su niñez, pero han notado qué su amor sé ha tornado diferente y sentirán la necesidad de amarse una a la otra. No será fácil pero lucharán por su amor y por vivir una intensa relación.