Capitulo 5

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Paola me comento que había estado saliendo con un chico que había conocido antes de viajar, vaya que sentí muchos celos, pero no los tome en cuenta. Paola no era como yo, le costaba mucho relacionarse con las personas en el ámbito emocional y aún más en lo sexual; cuando decía «mucho» realmente era un esfuerzo sobre humano. Yo debía apoyarla en lo que fuera a intentar. Pero, esa inocencia de Paola era su mayor virtud, para mi, sin hablar de su belleza física. Le desee mucha suerte y le pedí que me mantuviera al tanto de lo que ocurriera con ese chico, no importaba si eso me molestaba, necesitaba sacar lo que sentía por ella de mi mente y mi corazón.

Yo tenía una tía que amaba mucho y confiaba bastante en ella, era una persona muy sabia. Mi tía Elena llegaría ese día a la ciudad y habíamos quedado en vernos, yo necesitaba desahogarme y ya que no podía hacerlo con Paola lo haría con mi tía, así que la invite a quedarse esa noche en mi casa, aprovechando que Paola saldría esa noche. Pase recogiendo a mi tia por la terminal y la lleve a casa, ahí estuvimos hablando un largo tiempo y mientras charlábamos estábamos cenado, pero al cabo de un tiempo hablando yo no pude contenerme más y decidí abordar el tema.

-¿Qué te ocurre Samantha?

-No lo sé.

-Si lo sabes, solo que te cuesta expresarlo, pero sé que puedes hacerlo. Dime, sabes bien que puedes confiar en mí. ¿Qué es lo que te perturba?

-Es Paola.

-¿Qué les ocurre? Recuerda que toda amistad tiene momentos difíciles.

-Me siento muy confundida.

-¿En qué sentido?

-No lo sé, todo es muy extraño, lo que siento hacia ella. Siempre la he amado como mi amiga, pero desde hace algún tiempo ese sentimiento se ha tornado más fuerte de lo normal y lo he estado escondiendo, hasta que llego de ese viaje, desde ese momento siento que ya no puedo reprimirlo mas, me produce celos saber que esta con alguien más que no sea yo, y siento que ese amor se convirtió en un amor de mujer a mujer, de pareja, solo sé que la deseo. Pero está mal, ella es mi amiga, es una mujer...

-Mira perdona que te interrumpa pero hay algo que no tienes muy claro aún. Se lo que ibas a decir y no estoy de acuerdo, escucha, no importa sexo, género, raza ni religión mientras el amor sea puro. Así que desplaza esa ignorancia y negación que tienes y termina de aceptar de una buena vez lo que eres y lo que sientes.

-¡Pero me beso!

-Claro y además respondiste el beso.

-¿Cómo lo sabes?

-Jamás se puede rechazar el beso de la persona que amas.

-Pero...

-No hay "peros". Date la oportunidad y ve que ocurre.

-Pero mi familia, mis padres, mis amigos, ella.

-Ellos estarán bien, quien te ama lo hará tal y como eres, sin importarles nada.

-Tía, pero a mí me gustan los hombres.

-Bueno yo personalmente creo que te gustan las personas.

-No quiero ser lesbiana.

-No te etiquetes.

-Pero...

-Ya Samantha, no seas terca, deja de reprimir eso. Acéptalo de una buena vez.

-¿Qué tal si ella no acede?

-Ya te beso, créeme que eso dice mucho.

-Está saliendo con un chico.

-Claro, para superarte a ti.

Estuvimos un rato más hablando y luego nos fuimos a la cama. Esa noche me acosté pensado en como esa conversación me pudo servir de tanto, y si alguien sabia como aconsejarme era mi tía. Ahora solo quedaba esperar, bueno esperar a que yo me dignara a hablar con Paola o mejor aún, que algo ocurriera, yo no era capaz de tomar la iniciativa en nada y menos de dar ese segundo paso, era bastante complicado para mi entablar una conversación con ella para expresarles mi sentimientos, a pesar de que yo era tan elocuente. Cielos, me costaba conciliar el sueño, solo en mi cerebro se hallaba el pensamiento de Paola y de cómo solo yo podía describirla, podía describir a tan hermosa mujer. No importaba cualquier prototipo de "mujer perfecta" existente, Paola era para mí una mujer perfecta, yo amaba hasta sus defectos -que seguramente no existían- amaba absolutamente todo. Podía hablar de su físico como si estuviese narrando una historia, claro si incluía su encantadora personalidad, todos me juzgarían al pensar que no existe una persona tan perfecta. Si, Paola era perfecta y jamás me cansaría de repetirlo. Vaya que ese corte de cabello le quedo maravilloso, yo amaba su cabello, era negro y hacía una perfecta combinación con sus ojos claros, su blanca piel y sus delgados labios, delgados pero provocativos, no puedo creer que yo haya podido probarlos, eran tan suaves y dulces, tan perfectamente rojos, su perfilada nariz, su mentón, sus pómulos, la cara de esa mujer parecía moldeada por los dioses. Paola era bastante delgada, pero se ejercitaba mucho, era atlética y su cuerpo era realmente hermoso, sus senos eran indescriptibles, simplemente parecen elaborados por los dioses, o mejor aún, por la propia Afrodita. Esa línea entre sus senos conducía a mi perdición, su vientre, era tan plano, tan definido, que con solo verlo me producía extrañas sensaciones. Las curvas de sus caderas podían compararse con una delicada guitarra, labrada por los mejores artesanos del mundo; tenía unas maravillosas piernas, pero lo más importante, era una persona totalmente natural y pura, de cuerpo y de alma. Todo aquello estaba almacenado en un metro setenta centímetros de estatura. Quizá era psicótico saber tanto de ella, pero quizá yo estaba enamorada.

Es increíble como una simple conversación pudo liberarme tanto, me sentí tan bien aquel día, no me preocupa mi sexualidad, nada me importaba mas que ella, más que Paola.

¿Amigas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora