Capitulo 30

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Según ellas habían dicho que provenían  de Rumania, claro que su físico les ayudaba. Pero era obvio que no eran de ahí. Veronika y Nina, si, esos eran sus nombres; vaya que me había costado enlazar un poco los hechos de aquel día.

La noche fue pasando y las chicas bailaban, se acercaban de vez en cuando a la mesa en la que estábamos, Paola y yo también bailamos un poco,  y en un momento Fernando nos unió a todas para realizar un circulo en la pista de baile, pero note que Veronika se salió y se fue a sentar, su cara había cambiado un poco; me fui detrás de ella y me senté a su lado.

            -¿Qué te ocurre Vero?

            -Es el embarazo, y eso que…

            -¿Perdón, embarazo?

            -Sí, hace un par de meses decidimos hacer una inseminación, Nina y yo ya disfrutamos lo suficiente, y llego la hora de formar una familia. Por eso no he consumido alcohol en toda la noche, y solo he bailado de manera calmada ¿lo has notado?

            -¡Vaya! Me parece muy bueno todo esto ¿Cómo hicieron?

            -Bueno, contactamos uno de los mejores médicos en Nueva York, le planteamos nuestros deseos y el doctor no hizo la propuesta de extraer el ovulo de Nina, fertilizarlo y luego lo pondrían en mí, así que, de una manera u otra las dos seremos madres “biológicas” del bebe.

            -Veronika, quiero que me lleves con ese médico. Lo más pronto posible.

            -¿Y Paola está de acuerdo?

            -Si no lo está, lo estará.

            -Samantha, esto no es un proceso nada fácil. Lleva tiempo, y mucha paciencia.

            -Mira, Pao y yo ya habíamos platicado de esto en oportunidades pasadas, pero no conocíamos de esta técnica que me has planteado. La paciencia la tenemos y en todo caso yo sería la que se embarazaría.

            -¿Por qué no Paola?

            -¿Por qué no Nina? –Ambas reímos-

            -Ya entiendo, bueno apunta mi número telefónico, me vas a contactar esta semana que estaré acá en el país, yo debo volver a New York para un par de chequeos de rutinas, le dejare tu caso al doctor y ya ahí vamos avanzando.

            -Me parece perfecto.

            Vero y yo seguimos hablando mucho más, veíamos como desde la pista Fernando, Nina y Paola disfrutaban de la música y los tragos… Así pasaron las horas y cuadro vimos el reloj ya serían las seis de la mañana. Las horas volaron platicando con Verónika. Paola se acercó a la mesa y se sentó a mi lado, me tomo de la mano y se acercó a mi oído.

            -Vámonos a casa mi amor.

            -Sí, solo espera un par de minutos, para irnos todos juntos.

            -Quiero irme ya. –Entonces soltó mi mano y la pasó por mi pierna, llegando casi a mi sexo y apretó un poco-

            -Paola, no estamos solas.

            -Por eso quiero estarlo.

            -¿Qué tanto has bebido cariño?

            -Lo suficiente para estar como estoy. –paso su lengua suave y lentamente por toda mi oreja y le dio un leve mordisco al finalizar; eso erizo mi piel, y para completar metió su mano en mi vestido y paso sus dedos por mi vagina. Oh, eso sí que me enloqueció, sentí una sensación que recorría mi cuerpo, era caliente y parecía que lentamente erizaba mi piel, espacio por espacio, parte por parte.-

¿Amigas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora