Capitulo 6

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Ya habían transcurrido 2 semanas desde aquella conversación con la tía Elena. Yo estuve bastante tranquila, solo quería que todo se diera a su debido tiempo, Paola también estuvo muy calmada -más de lo normal- todo parecía volver a la normalidad, pero yo no quería que nada fuese normal, quizá ya Paola se había dado por vencida y yo no era capaz de hacer nada. Los padres de Paola ya estaban por regresar, así que le tocaría volver a su casa, yo no quería que se fuera, si eso ocurría tendría menos posibilidades de que algo nuevo volviera a ocurrir. Pero, no podía hacer nada al respecto, solo le pedí que me visitara con frecuencia, que podía venir y quedarse en mi casa cuando y cuanto quiera. Solo tenía la esperanza de que algo fuera a pasar, de que ella diera ese pasó que tanto esperábamos. Pero, quizá ya nada pasaría entre nosotras, yo rogaba porque no fuese así, necesitaba volver a sentir sus labios, o por lo menos una mirada de picardía, pero yo era tan cobarde. Esa tarde, antes de que llegaran sus padres, decidimos salir juntas para "despedirnos" y distraernos un rato, así que nos fuimos al cine para ver una película que se estaba estrenado ese día. Ya habíamos reservado los boletos, cuando llegamos al cine solo los retiramos, pero para sorpresa de nosotras la sala estaba casi vacía, lo que era bastante extraño. Decidimos sentarnos en la última fila, al final de la sala, para cuando empezó el largometraje solo habíamos una veinte personas en la sala, la película transcurría y Paola y yo estábamos bastante concentradas en la trama, pero repentinamente sentí como su mano roso la mía, no voltee a verla, pero di un suave suspiro, mi corazón estaba latiendo muy rápido; ese suspiro le dio a entender a Paola que me agradaba su contacto físico, ella tomo mi mano y se acercó a mi oído.

-Samantha, te...- yo voltee y nos quedamos viendo fijamente.

-Termina la frase- le pedí con una voz tímida.

-Te amo.

-¿En qué sentido?

-En todos los sentidos existentes en cada uno de los universos que pueda haber.

Me beso, volvió a hacerlo, pero esta vez fue mejor que aquella noche. Su beso fue para mí el primero, el que te eleva, te lleva a dar un paseo por la luna y las estrellas; si bese a muchos hombres antes pero ninguno logro provocar ese sentimiento de ternura y excitación que producía Paola en mí.

Durante ese maravilloso beso, mis manos tomaron acciones involuntarias, se fueron a su cuello, acariciándolo suavemente, hasta llegar a sus mejillas y luego dirigirse hacías su sensual espalda; no podía evitar tocarla. Yo podía sentir su mano tocando mi espalda y mi cintura de una manera intensa pero delicada. Eso produjo cierta humedad en mí. Pero, lo más excitante de ese beso, fue aquella espectacular mordida que ella le hizo a mi labio inferior, tiro de mi labio, presionándo fuertemente,. pero sin lastimare, con su dentadura hasta soltarlos y ambas dejamos escapar una sonrisa.

Volvimos a ver la película, que quizá solo le quedaban unos cinco minutos, me levante y le extendí la mano, mirándola a los ojos, ella me miro, accedió y se levantó con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro, salimos de la sala y del cine tomadas de las manos; no sé lo que significaba eso, pero se sentía espectacular. Se nos estaba haciendo muy tarde para recoger a sus padres en el aeropuerto, subimos al auto y nos fuimos. Conversamos muchos durante el camino, no parábamos de reír; no cabía duda de que ese beso derribó la muralla que existía entre nosotras. Cuando llegamos al aeropuerto, ahí estaban sus padres esperándonos, ambas bajamos para ayudarlos con el equipaje y una vez todo terminado nos fuimos a su casa, cuando llegamos compartimos un buen rato, hablamos del viaje y nos dieron algunos presentes que nos habían traído. Ya era la hora de irme a casa, me despedí de quienes seguramente serían mis futuros suegros.

-Te llevare.

-No te preocupes, llamare a un taxi.

-No seas terca, yo te voy a llevar a tu casa. Móntate en el carro.

¿Cómo decirle que no a Paola? Quizá yo debía aprender a incluir esa palabra en mi vocabulario. Pusimos música a todo volumen en el reproductor, recuerdo que cantábamos muy fuerte. Cuando llegamos a mi casa, yo baje del auto le agradecí por haberme llevado; pero ella no pudo quedarse en el auto, también bajo. Me acompaño hasta la puerta de mi casa y me tomo las manos, me miro y luego me beso un poco brusco

-Te veo mañana cariño- dijo entre risas.

Y se fue, riendo. Me quede viendo su dulce manera de caminar mientras se dirigió al auto. Cuando partió, entre a casa, gritando de euforia, sí que había sido un día maravilloso. Pero logre controlarme, podía despertar a los vecinos con mis gritos; me duche para relajarme. No podía dejar de pensar en Paola, me fui a la cama para intentar conciliar el sueño, pero era imposible solo pensaba en ella y en un futuro cercano junto a ella.

¿Amigas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora