Capitulo 34.

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            Ese día despertamos muy temprano, y nos preparamos para ir a la clínica, íbamos una hora antes, lo que significaba mucho tiempo vacante, pero como siempre, Paola no era de desperdiciar mucho el tiempo, así que cuando íbamos saliendo de la habitación, justo cuando yo abrí la puerta, ella me halo de un brazo y me entro de golpe, cerrando la puerta con mucha fuerza, me pego de ella, subió mis manos y mi cartera cayó al piso.

-¿No se te apetece consumar esa inseminación un poco antes?- dijo cerca de mi hora con unas voz muy seductora, interrumpiendo casa palabra con un beso en el cuello.

-¿No te parece que no deberíamos tener sexo antes de eso? Tenemos poco tiempo además.

-En ningún momento el doctor menciono nada de eso.

-Pao...

-Shhh-Calla.

Me subió a sus hombros camino en la habitación y me coloco suavemente en la cama.

-Hagamos el amor como si pudiéramos hacer un bebe.-No pude contenerme ante eso y comencé a reír.

-Oh, con que te da risa...

-Pues si Paola- dije entre risas-

-Ya no te hare el amor, y perdona por esta expresión, pero es lo que mereces por no valorar mi delicadeza.-Dijo con una entonación malvada y una mirada de esas tan penetrantes como solo ella podía darlas.

-¿Qué demonios harás?- le cuestione un poco seria.

-¡Te voy a coger!

Les soy sincera, esa palabra hizo que lubricara automáticamente, no es que lo quería así, realmente quería las cosas con amor y delicadez, pero no sé qué le paso a mi cuerpo en ese momento, comencé a excitarme sin que ella me pusiera un dedo encima; Paola se empezó a desnudar de una forma tan provocativa, se quitó la camisa lentamente, dejando expuesto ese delicado y sensual vientre, no aguante el impulso y me levante de golpe, pero ella me freno exclamando en voz de mando ¡No te levantes! Y continuo, se quedó en braseares y se quitó el pantalón. ¡Santo Dios! Esas piernas me volvían loca, yo solo me movía en la cama, apretando las sabanas con mis manos y contrayendo mis músculos, apretaba mis piernas y me proporcionaban esa sensación de placer en mi sexo.

-¿Cuánto más me vas a torturas Paola? ¡Hazlo ya!

No dijo nada, solo llevo su mano a su espalda y soltó el brassier, lo dejo caer, y pude observar esos pezones tan rosados y erectos, había algo nuevo en ellos unos pequeños piercings en forma de alas los adornaban, se le veían realmente provocativos y hasta sexys.

-¿Cuándo los hiciste?

Una vez más, sin responder, se quitó la panty y abrió una gaveta, saco un arnés más un tubo de lubricante, se lo coloco, y se acercó al equipo de música, lo esencio y comenzó a sonar una canción de Lana del Rey. Comenzó a caminar a la cama, se subió a ella, y me toco los hombros indicándome que me acostara, se colocó cerca de mi boca y pude sentir como sus fluidos humedecían mi cuello.

-Abre la boca Samy, se una niña buena.

Sin poner peros la abrí y comenzó a pasar el arnés en mis labios, lo introdujo un poco y lo saco de nuevo, yo podía sentir como mi ropa interior se mojaba, y no me resistir más, la tome de las caderas y la tire a la cama con fuerza, me puse sobre ella y me quite la camisa, el brassier y me acosté sobre ella, la comencé a besar mientras mis manos acariciaban sus caderas, su vientre, sus senos... Sus manos recorrían mi espalda y podía sentir como me aruñaba, sentía ese pequeño ardor tan placentero... Así que me quite el Jean que llevaba puesto y la panty, Paola al ver eso vacío un poco de lubricante en el arnés y lo disperso por todo el juguete. Me pare sobre ella y me senté suavemente, podía sentir como iba entrando en mi húmeda vagina, ella solo me miraba con mucha perversión, y me encanta que me viera así, de manera que me senté por completo, entro en mí, y comencé a moverme mientras mis manos tomaban las suyas, fue aumentando la velocidad y con eso la fuerza de mis gemidos, oh bueno, realmente eran gritos. Ella me indico que me detuviera y así lo hice se paró de la cama, me arrimo hasta la horilla de ella, abrió mis piernas y se paró frente a mí, puso más lubricante pero esta vez lo dejo caer en todo mi clítoris y la entrada de la vagina.

-Ahora si vas a sentir placer... dolor y mucho placer.

Coloco la punta en la entrada de mi vagina, le aplico presión, me miro, tomo mis piernas con sus manos, y sonrió, sonrió cuando me lo introdujo, muy fuerte de golpe, sin piedad, haciéndome sentir dolor, un maldito dolor tan placentero, tan delicioso, un dolor que me hacía querer más. Paola noto que me gusto, y claro como no lo iba a notar, si grite cual actriz porno; lo saco y lo volví a introducir...

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5 Veces, y en esta última comenzó a moverse muy rápido, obligándome a indicarle que parara, pero aun así no lo hizo, y que buena decisión de su parte, hizo llegar mi orgasmo, uno de los mejores, sentí como se contrajeron mis músculos y aquel peso concentrado en mi clítoris salía junto a toda esa humedad, llevándome al éxtasis, al cielo, dejándome suspendida en un instante de maravillas....

Su cuerpo cayó sobre el mío de forma delicada, me abrazo apretándome fuerte hacia ella, me susurro al oído un ligero y delicado te amo, retiro el arnés de mi entre pierna, cuando justo en ese momento sonó el teléfono de Paola.

-¿Si buenas?- lo puso en alta voz-

-Srta. Di Fiore, le llamamos de la clínica, su cita está Pautada para las 8 am, pero son las 8:30 am. Queremos confirmar su asistencia.

-Claro, tuve un inconveniente, pero ya vamos saliendo para allá, en 20 minutos llegamos.

Cuando tranco el teléfono ya yo estaba en el baño dándome una rápida ducha...

-¡Samantha, es tarde!

-Voy mi amor.- le respondí desde el baño.

Salí corriendo, me volví a vestir y nos fuimos de una vez, en media hora ya estábamos en el lugar. Pasamos con el doctor, quien ya el día anterior me había colocado el estimulante para mis hormonas.

-¿Tuvieron relaciones antes de venir?

-Ehmmm...

-Si doctor. Dijo Paola.

-Oh que bueno eso.- me sentí un poco incomoda en ese momento- Bueno Samantha, a lo que vinimos.

Para no hacerles el cuento muy largo, el doctor pasó por todas las fases necesarias para llevar a cabo la inseminación, y al cabo de unos minutos estaba lista, solo debí permanecer unos minutos más en reposo y todo estaría listo.

-Chicas, en par de semanas sabremos los resultados del éxito o fracaso de la inseminación, las espero en esos días, ya pueden irse.

-Muchas gracias doctor- Le dijo Paola mientras tomaba sus manos en señal de pleno agradecimiento.

Salimos de la clínica y nos fuimos a un Spa que estaba un poco cerca, fue extraño, no cruzamos muchas palabras, quizá eran los propios nervios que nos mantenían así. Pero solo fue por unos momentos, porque luego de que pasáramos juntas a la sala de masajes, Pao comenzó a platicar conmigo.

-¿Te parece si nos quedamos estas dos semanas aquí?

-No se amor, me parece bien, pero y las tiendas y todo el trabajo que tenemos pendiente.

-Samantha, te traje aquí previniendo todo eso.

-Pues en ese caso...

-Di que sí anda, serán unas vacaciones para nosotras.

-Está bien Srta. Di Fiore.- le respondí dejando escapar un poco de risa.

-Ya verás que haremos esta noche.- Dijo mientras guiñaba el ojo, para luego voltear su cara.

No respondí nada más, me gusto quedarme con la duda de que tenía planeado para la noche que se acercaba.


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