Despierto al escuchar la puerta de la habitación cerrarse, miro a mi lado y vi a mí ahora esposa a mi lado. Me dolía muchísimo la cabeza, el vientre, el abdomen, todo, absolutamente todo me dolía, no recordaba casi nada de la noche anterior. Recuerdo que me levante, me di una ducha de poco más de una hora, y cuando Salí del baño, estaba Paola sentada en la cama, mirando el vacío. Me le acerque y le di un abrazo, “Buenos días, esposa” le dije, y cuando intente besarla, volteo la cara, se levantó y entro al baño, cerro con llave y yo quede anonadada de su extraña actitud.
Llame a la recepción y pedí un desayuno para Paola y para mí, para cuando lo trajeron aun ella no salía del baño, así que me estaba preocupando. Llame a la puerta un par de veces y no me contestaba, comencé a asustarme mucho, así que busque las llaves de la puerta del baño y abrí. Paola estaba en el Jacuzzi, llorando, sin parar, me quite la ropa y entre.
-¿Paola, amor, que te pasa?
¿Esa será tu pregunta?
-Pues sí, no sé porque estas llorando, y quiero saberlo.
-Creo que has olvidado lo de ayer por la noche.
-Recuerdo muy poco.
-Dime Samantha, ¿Me amaras cuando ya no sea joven y hermosa?
-No preguntes eso, sabes que te amo y no es por tu apariencia física, esto va más allá de eso…
-Calla, eso es poesía barata.
-No lo es, sabes que…
-¿No? Si tan solo fueras visto como le hiciste el amor a esa mujer.
-Por dios Paola, fue tu acuerdo, y estaba pasada de tragos. Eso no quiere decir que no te amé, que no me gustes, ni que te dejare de amar.
-A mí jamás me has hecho algo así, dime, dime ¿Por qué?
-Pues simplemente, eso fue sexo, contigo sabes que es muy diferente. Permíteme demostrarlo.
-No, esta vez no solucionaremos con sexo. Tengo hambre, un permiso.
-Pedí algo para las dos.
-Lo siento, comeré en la calle.
-No me hagas esto mi amor, no fue algo que hice para hacerte sentir mal, fue una aventura de ambas, por favor, es nuestro primer día de casadas, déjame complacerte, hacer que me perdones.
-Solo por hoy, y solo porque no puedo resistirme a esa mirada tan penetrante.
- Ay, ¡TE AMOOOOOO!
Puse mi mente a trabajar muy rápido, debía ingeniármelas para contentarla. Así que le propuse dar un paseo por la ciudad, todo el día, lo que ella quisiera, y en la noche, la llevaría a cenar a algún lugar prestigioso.
Que difícil y complicadas podemos ser las mujeres, a veces, ni entre nosotras podemos entendernos, las personas creen que una relación entre dos chicas es fácil, y sinceramente no, no es nada fácil, quizá sea hasta complicado, y por mas sarcástico que suene, no es fácil lidiar con dos periodos menstruales al mes, cambios de humor repentinos, lágrimas y risas sin sentido… pero aun así, las mujeres seguimos siendo tan indescriptibles y “perfectas”, ningún poeta ni escritor con millones de palabras podrá describir por completo a todo lo que envuelve ser una mujer. Y que cursi puedo ponerme, todo esto es culpa de Paola, la amo tanto que haría todo lo que fuese necesario para que no se enfade conmigo y este a mi lado, hasta que muera.
Ya pasado el mediodía, nos arreglamos y salimos a pasear por la ciudad, visitamos una gran variedad de lugares, entre ellos el “Grand Place”, el “Muséum des Sciences Naturelles” y el “Museo Belvue”. Por la tarde fuimos a comprarnos vestidos y le compre uno hermoso, se vía tan bella, tan perfecta como siempre, jamás podría enamorarme de alguien más, Paola era mi verdadero amor, verla me hacía tan feliz, me hacía viajar a otras galaxias, que luego se me complicaba regresar a la tierra. Ella se veía tan sonriente en ese momento. Fuimos a un salón de belleza, y nos arreglamos como nuca. Yo había reservado previamente en “Le Marmiton” el mejor restaurante de Bruselas.
Eran ya las siete de la noche y la ciudad brillaba como nuca, todo parecía perfecto, un cuento de hadas, solo para nosotras. Llegamos a Le Marmiton, y nos dirigieron a nuestra mesa, bastante apartada de las otras personas, justo como yo lo deseaba. Le tendí la mano y la mire a los ojos.
-Bienvenida, señorita Di Fiore, tome asiento.
-Oh, gracias señorita Miller.
La noche seria nuestra, estaba hecha para Paola y para mí. Prometía tanto.
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¿Amigas?
RomancePaola y Samantha son mejores amigas desde su niñez, pero han notado qué su amor sé ha tornado diferente y sentirán la necesidad de amarse una a la otra. No será fácil pero lucharán por su amor y por vivir una intensa relación.