No volvió más en todo el día, no supe a donde había ido, pase aquel día preocupada, pero también recordando lo que habíamos vivido esa mañana en mi oficina, en mi escritorio… me despoje de cualquier sentimiento de pudor existente, solo me deje llevar por ella y todo lo que me hacía, lo que me producía. Por la tarde volví a casa esperando que Paola estuviese ahí, esperandome; pero recordé que ya no estaba viviendo en mi casa. Así que, le marque al celular.
-Paola ¿Dónde estás?
-Con una amiga.
-¿Quién?
-¿Debo decírtelo?
-Pues deberías, eres mí…
-¿Tu qué? Tu estas con tu novio, quédate con él.
-Pero no somos nada, debiste haberte quedado.
-No importa Samantha, yo no te importo. Hasta luego.
Sí que estaba muy enfada y yo como inexperta en la materia no sabía qué hacer, como contentarla. Paola era muy orgullosa y podía pasar días o meses molesta. Después de tanto pensar se me ocurrió invitarla a cenar, nada podía perder si no lo intentaba. Así que llame para reservar en un restaurante bastante romántico. La volví a llamar.
-Vamos a cenar.
-No
-Reserve para las dos en ese lugar que tanto te gusta.
-Tendrás que ir sola. O mejor dile a Carlos
-No, yo quiero ir contigo.
-Yo no.
-La reservación tiene tu nombre. Vamos, por favor.
-¿Dónde te espero?
-Te buscare en tu casa.
-¿Hora?
-Ya mismo, así que ponte más hermosa.
Corrí a cambiarme; tome un vestido que había comprado hace poco, me puse algunas prendas y maquillaje; para cuando culmine, solo habían pasado veinte minutos desde que hable con Paola. Busque las llaves de mi auto y me fui.
Cuando llegue, ahí estaba ella, más hermosa de lo normal, pensé que quizá estaba alucinando.
-Buenas noches. –con mis manos tome su cara y la bese-
-Hola. –Dejo escapar una tímida sonrisa-
Subimos al auto y partimos al restaurante. Cuando llegamos nos asignaron el lugar reservado, era muy privado, era muy romántico y acogedor. La invite a sentarse en los cojines, no eran mesas, ya que el lugar tenía una decoración y un ambiente arábico, lo que indicaba que estaríamos en el piso, literalmente. Ya sentadas sobre los cojines y algunas telas de seda, pedimos un vino de la cosecha del noventa y uno; uno de los mejores que tenían en el restaurante. Empezamos a tomar unas copas, charlábamos reíamos muchos, también habíamos pedido la cena, que era una comida típica de Marruecos. Comimos y tomamos hasta embriagarnos; ya estábamos empezando a subir el tono de voz, el mesero se nos acercó para pedirnos que nos comportáramos, pero ya estábamos demasiado ebrias como para obedecer órdenes. Decidimos marcharnos, pagamos la cuenta y nos fuimos al auto. Lleve a Paola hasta aquel hermoso lugar desde donde se veía la ciudad.
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¿Amigas?
RomancePaola y Samantha son mejores amigas desde su niñez, pero han notado qué su amor sé ha tornado diferente y sentirán la necesidad de amarse una a la otra. No será fácil pero lucharán por su amor y por vivir una intensa relación.