Capitulo 32

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                La noche fue transcurriendo; Paola había pedido de comer nuestro plato favorito y una botella de Vino para ambas, además de un postre maravilloso. En resumen, nos reímos mucho durante la cena, recordamos muchas cosas, nos dijimos que nos amábamos una innumerable cantidad de veces y terminamos dejando todo eso malo atrás. Cuando ya habíamos acabo el postre, Pao pidió la cuenta al mesonero. Pero, como todo lo que pintaba la noche, era una sorpresa más... resulto ser que la chef del reconocido restaurante era otra amiga más de Paola (Ya tenía muchas amigas ella). Yo no tenía ni la más mínima idea que Natalia López, la reconocida chef, era amiga de mi esposa, ni mucho menos que estaba sentada en su restaurante, comiendo de su comida. Si esto seguía así lo que venía era mucho mejor. Volviendo al tema, Paola sabía que yo admiraba la vida de esa mujer y vivía viendo sus recetas y cosas que hacía. Natalia se acercó a la mesa y saludo a Paola con un beso en la mejilla.

            -Pao, querida ¿Cómo estás? Qué bueno tenerte por acá, acompañada de tan hermosa mujer.- Oh sí, me estaba halagando-

            -Natalia, yo muy bien ¿Tu qué tal? Y pues, esta hermosa mujer es mi esposa. Natalia, te presento a Samantha Miller, la dueña de mi corazón...

            -Un Placer señorita Miller-Oh dios, me estaba derritiendo-

            -El placer es mío, señorita López.

            -Oh no no, cariño que falta de confianza es esa, Natalia para ti.-Me guiño el ojo, y pues solo pensaba "que tipa tan carismática"-

            -¿Qué tal les pareció la comida?

            -Excelente.

            -Opino lo mismo.

            -Qué bueno chicas, pues Paola me comento que tienen cosas que hacer. Me parece excelente que les haya gustado mi obsequio, yo debo retirarme, tengo mucho trabajo. Te espero por acá más seguido Samantha.

            -Claro que sí, cuenta con eso, un placer y gracias.

            -Bueno Natalia, muchas gracias.-Paola la abrazo y le dio un beso en la mejilla para despedirse.-

            -Gracias por venir Pao.

                       

            Salimos del restaurante tomadas de la mano y fuimos caminando al auto.

            -¿Te gusto la sorpresa mi amor?

            -No más de lo que me gustas tú.

            -Hablo en serio Sami.

            -¿Tu de cuando acá me llamas así?             

            -No me cambies la pregunta.

            -Pues, me encanto la sorpresa mi amor, muchísimo de hecho. Gracias por eso. Ahora dime desde cuando me llamas así.

           

            Cuando le dije eso Paola se detuvo y me miro de una manera muy fuerte y penetrante, me tomo de las caderas  y me apego a ella, subió sus manos por mi espalda y las entrelazo en mi cabello.

            -Te digo así porque eres mía, porque me perteneces. –Dijo mientras rosaba sus labios por mi cuello.-

            Mi cuerpo se erizo por completo y una corriente recorrió mi entre pierna. Ella me beso, de golpe y con pasión, haciéndome devolver la vida que sentía haber perdido en esa semana. Paola termino aquel beso de manera suave, jalando mi labio hacia ella con sus dientes y dejando su mirada en mis ojos, mientras que son sus manos acariciaba mi rostro. Yo solo me grandiosa en ese momento.

¿Amigas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora