Capítulo 32-FINAL.

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Tic tac.

Tic tac.

«Todo por ti

Las palabras que se repiten me mantienen frenética junto a la decepción. Thimothée aceptó casarse conmigo, montarse en el altar y decirme las mentiras a la cara.

«Prometo darte razones diarias para que sigas en esto.» Eso fue lo que dijo, mirándome y como ilusa le creí.

El corazón me quiere explotar y mi cabeza no para de recordar la primera vez que nos vimos y en consecuencia, nos acostamos, porque siempre hemos sido así. Somos imanes que se atraen por una fuerza superior a cualquier otra y puedes meter lo que sea en el medio, pero seguirán lanzando descargas para poder estar juntos. Ahora, yo pensaba era el otro metal y no la atravesada.

Desde que lo conozco tiene la letra tatuada y no sé como no quise acabar antes con la farsa, quitarme la venda. Aunque si sé, si soy consciente y es que esto era a lo que temía.

Nunca me dio miedo encontrarlo con otra en la cama, de hecho, de ser el caso, yo misma le hubiera dicho para que hiciéramos un trío porque no me molesta ni incómoda lo superficial. Inclusive, en el club de Crazy Vichy lo demostramos, podemos llegar a tener el sexo con otros como un juego.

Mi problema era toparme con lo que lo hice, con su rostro brillando por otra y es que con la famosa Lèane deja de lado al despiadado, al mafioso que le vale mierda todo y asesina disfrutando del poder que eso le da, para observarla con adoración y protegerla tal cual demuestra el tatuaje y los resultados de mi búsqueda fueron la prueba.

Ni un puto documento de una Lèane asociada a él.

Me quemé los ojos como enferma tratando de llegar a algo de lo que vi en esa casa y si lo hice con la otra. Nix Pons es la hermana mayor de Aimée que vivía en el pueblo al que ésta se fue por cinco años y donde conoce a su ex esposo. Nix se mudó a Paris después de su muerte para ayudar a los papás y recoger todo, pero se terminó quedando y es su lugar de residencia después del accidente que tuvo lugar hace once años, de ella hay material. No es casada, trabaja como ingeniera de sonido y pertenece al grupo de Cals B, por lo que vive con ella.

Ahora, con Lèane fue un tema diferente.

Hay mil y un Léane's, pero no con la pronunciación que estos le dieron en francés y ninguna que pueda ser cercana a ese círculo. Busqué desde cualquier tipo de canal que conozco, pero el perfil no da. Ese cabello lo reconocería donde sea, el cuerpo me hizo pensar primeramente que era modelo y eso fue lo primero que intenté hallar, sin posible respuesta. En el equipo de la cantante no hay nada, solo una tal Laurel que es coreógrafa, es rubia y tiene como cuarenta años.

Busqué tanto que desgasté el nombre y no pude conseguir lo cercano.

—Peque, te hice un té porque me preocupas—Deja el teléfono en la mesa que está al frente y me da la taza verde que rechazo.

No me provoca ningún puto té.

Estamos al otro lado de la mansión porque los gritos que pegan Olivia y Malamar son dignos de censura y estar a cinco metros de ellas, ya pasa a ser un problema porque no se limitan o quedan quietas. Hay golpes y gemidos que no se molestan en tapar y ahora no estoy para pensar en lo seca que estoy allá abajo porque mi marido no ha mantenido mis necesidades y Carlo no era Thimothée.

El sexo casual que obtuve el otro día fue con ira y si logré acabar fue porque me restregué pensando en un solo par de ojos que son capaces de voltearme el mundo.

Jamás había estado tan confusa.

Thimothée es mi marido. No me enamoré de él como en una novela dramática pero la atracción fue a simple vista y los sentimientos se tardaron en desarrollarse con el tiempo, pero lo hicieron y no me arrepiento del proceso, fue adecuado,  también lento y eso si por Domenico.

SIGILIO SCULLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora