Penthouse #Wattys2023

PRÓLOGO

Poder entrar en la prestigiosa Universidad Penthouse nunca fue una tarea sencilla, por eso cuando visualicé la carta encima del escritorio no dudé ni un segundo en romperla.

—¿Pero qué mierdas estás haciendo, Alex? —Sin previo aviso un hombre robusto cuyo apellido era herencia del mío me arrebató sin dudarlo la carta que contenía en mis manos.

Encogiéndome de hombros me dirigí a mi gran cama mientras visualizaba el gran porte de mi padre. Un hombre cuya presencia dejaba anonadado a cualquier persona que se le acercara. Su gran altura y cuerpo musculoso se acoplaban perfectamente a los trajes de alta gama que siempre utilizaba, igual que su rostro ocultado en una perfecta barba que escondía una de las sonrisas más aterradoras—que por suerte—, nunca fueron dirigidas hacia mi persona.

Pero sin duda, lo que más caracterizaba a mi padre eran esas gafas de sol negras que ocultaban sus grandes ojos azabaches. Nunca se las quitaba y de hacerlo nada bueno sucedía a continuación...

—Prepara la maleta, te vas mañana.

Pestañeo varias veces sin creer lo que mi padre está diciendo y no dudo en hacerle notar mi enfado:

—Papá creo que debes cambiar al personal. Porque el café negro de todas las mañanas esta vez ha sido acompañado por una pastillita de éxtasis, ¿no crees? —Suelta una carcajada sin gracia, mientras agarra la taza para darle un sorbo haciendo oídos sordos a mis palabras–. No papá, te lo digo muy en serio. No encuentro otra manera de explicarme esa idea tuya de mandarme a la universidad más refinada de todo el universo, cuyas únicas personas que habitan en esa mierda de recinto son aquellos adolescentes millonarios resentidos que lo único que saben hacer es gastar las tarjetas negras de sus padres.

—Ya tenéis algo en común.

—Ese no es el punto —suspiro—. ¡Por dios, papá! Esa gente es conocida por cargar miles de títulos estúpidos y al graduarse convertirse en marionetas del Estado con millones de premios bajos sus nombres. Y por si no te acordabas, nosotros somos todo lo contrario. ¿O acaso se te ha olvidado que eres el mayor mafioso de toda Europa?

—Y que no se te olvide parte de Suramérica.

—¡Todo esto es ridículo!

—Cariño —dice mi padre con un tono de voz más dulce de lo que estoy acostumbrada—, todo esto es parte de mi plan, créeme cuando te digo que Penthouse es la mejor mafia escondida en lo alto de un ático.