Penthouse #Wattys2023

CAPÍTULO 35: STIGMA

—Os dije que no se conformarían con un simple café —susurro por lo bajo a mis dos acompañantes antes de hacer frente a la situación.

—¿Dónde estabáis? —El comentario de mi hermano no pasa desapercibido para ninguno de la sala, porque sí, todos se encontraban muy despiertos observándonos acusadoramente.

—¿No es obvio? —Kai levanta los cafés que mantenía en ambas manos—. Comprando el desayuno —suelta una sonrisa encantadora, que al único que hace suspirar es a Antuán, mientras que Ann le da un codazo haciendo que nuestro amigo baje la cabeza avergonzado.

—¿Lleváis comprando el desayuno desde las 4:30 de la mañana? —El retintín de la pregunta de Jimin hace que su hermano lo asesine con los ojos—. Vuestra insinuación queda bastante en el aire...

—Miradlo, ahora sí tiene lengua —Taehyung se ríe por lo bajo mientras que yo le doy un pequeño empujón a mi mejor amigo debido a su comentario desafortunado, que me confirma que Jimin y Ann todavía no han arreglado sus asuntos personales.

—Es mi cumpleaños —Ann abre la boca pero la cierra enseguida, así me gusta amiga, precavida—, y Alex y Kai me tenían una sorpresa.

Nadie toma en serio a Taehyung, pero aún así sus palabras no eran inciertas, porque una sorpresa si era. Levanto la vista para visualizar el reloj que estaba posado encima de la chimenea y me hizo percatarme que apenas eran las siete de la mañana.

—¿Qué hacéis todos despiertos a esta hora?

Tras mi pregunta todos se empiezan a observar misteriosamente entre ellos, como si de verdad hubiera una verdadera razón por estar ahí reunidos—que obviamente no se debía a nuestra desaparición—. El único en levantarse es Jungkook, que hasta ahora ni siquiera había tenido el valor de mirarlo, y sin decir nada sube las escaleras.

—Deberías ir —Kai ladea la cabeza en dirección al recién nombrado y yo sin pensarlo mucho le quito el pedido y subo hasta su habitación.

Está sentando en la esquina de la cama tiene la mirada tan perdida en su pared repleta de fotos que ni siquiera se percata de mi presencia, hasta que posiciono nuestro desayuno enfrente de su campo de visión:

—Te he comprado tu leche de plátano —ya tengo su atención—, no sabes lo que me ha costado conseguirla...

Se la tiendo en su mano mientras que él me da un hueco a su lado aprovecha para dar un sorbo a su bebida, frunciendo el ceño debido a la satisfacción que le da beberlo.

—Me dijiste que no tardarías y ya han pasado tres horas... —Yo también doy un sorbo a mi batido de fresa, sin poder rebatir nada. Porque tenía razón, mientras me alejaba en el coche de mi mejor amigo escribí a Jungkook para decirle que no se preocupará y que volvería pronto.

No es mi culpa que nuestros planes variarán un poco.

—Pero ya he vuelto y eso es lo importante —sigue bebiendo—. Escuche lo que hablaste con mi hermano.

Se atraganta, dejando el batido a un lado y me mira con una expresión totalmente sorprendida, dado que mi comentario repentino no era algo con lo que contará. Empieza a soltar palabras sueltas, sin sentido y a una velocidad sorprendente a lo yo lo único que hago es tomar aire antes de hablar:

—Yo no confío en Taehyung —entrelazo nuestros dedos—, lo hago en ti.

Mis pulsaciones se aceleran en el momento que sus ojos negros me miran llenos de intensidad. Lo que estoy a punto de confesar es algo que no estaba dispuesta en hacerlo, o al menos no tan pronto. Pero si de verdad quiero que mi relación con Jungkook avance es algo que tengo que hacer.