T2. Capítulo 2: Amigos

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Jungkook se ofreció a acompañarme y a llevarme las maletas a mi habitación y fue suficiente mi mirada para que los demás se dieran por aludidos que no quería que nos interrumpieran.

El camino se lleva a cabo por un silencio sepulcral que no estoy muy dispuesta a romper, pero Jungkook se empeña en dedicarme miradas furtivas que se pierden a lo largo del pasillo. Por no hablar de los gestos bruscos de mandíbula y cabeza que me hacen comprobar que está conteniendo toda esa rabia que no ha dejado expuesta o al menos no a nuestros amigos.

Deja las maletas en el suelo y va directamente a mi cuarto sin esperar siquiera que yo entre o le diga de pasar. Suspiro sonoramente sabiendo que lo que me espera no es una ronda de besos, pero mucho menos me imaginaba que estuviera parado con una foto entre sus manos. Y no era cualquier foto, era la foto.

—Es él, ¿verdad? —Se calla un momento—. Ese amigo de la infancia.

Dice sus palabras con rabia recordándome esa primera vez que Jungkook entró a mi cuarto y me preguntó por esa imagen y yo me hice la loca. Y por su cara, sé que él también recuerda ese momento. Por mi parte solo me queda asentir mientras le empiezo a observar, comenzando a narrar en voz alta quién es Axel Blake.

—Esta foto se tomó el primer día que nos conocimos —le guió a mi cama para sentarnos, puesto que la conversación iba para largo—. Desde ese momento los tres nos volvimos inseparables —sonrío—. Ya sabes que Kai siempre fue mi mejor amigo —tomo aire— y Axel...

Encontrar las palabras correctas para definir algo que nunca tuvo nombre se me hace realmente complicado y más al tener a Jungkook con esos ojos negros llenos de preguntas.

—Siempre ha sido algo raro —confieso—, podría decirse que tuvimos ese algo...

—Define ese algo, Alex.

—Algo más que amigos —su rostro se vuelve rígido y yo posiciono mi mano encima de las suya—, algo menos que lo nuestro.

Abre los ojos al instante y sus labios se abren ligeramente y siento como mis mejillas se van tornando rojas debido a la confesión repentina que he soltado. Pero al ver su rostro lleno de ilusión se me quitan todas las dudas, y no me cansaré de repetirlo: Jungkook tiene la tremenda capacidad de hacer de mis emociones una montaña rusa infinita.

Porque la diferencia está muy clara;

Nunca podré definir a Axel y en cambio soy consciente de lo que siento por Jungkook.

Y no sé cuál de las dos es más peligrosa.

[...]

Debido a las insistencias de los rubios—Kai y Ann para ser exactos—, Jungkook y yo hemos tenido que bajar a nuestra cafetería de confianza. A pesar que el plan de quedarnos los dos en mi habitación, solos, era mucho más excitante. Pero las amenazas de ambos de abrirnos la puerta en mitad de cualquier, según ellos, acto comprometido era muy serio como para pasarla por alto.

Es por eso que ahora nos encontrábamos todos en una mesa apartada, que Ramón —como no— había reservado para separarnos de la plebe—dicho tal cual por Jin—. Aunque el ambiente estaba un poco tenso, empezando por el italiano que se había sentado a la otra punta junto con John—sí, con Suga—, aún teniendo un sitio libre al lado de Kai que me lo ofreció muy amablemente —algo que me sorprendió demasiado, debido a que es algo muy impropio de él—. Es más, cuando Axel le dijo que se sentará a su lado que quería que se pusieran al día, Antuán, simplemente se hizo el loco y empezó a conversar con el alemán que lo miraba sorprendido porque estoy segura que es una de sus primeras interacciones con él.

—Star, aquí hay sitio —el apodo igual que la persona que lo dijo no pasarón desapercibidas igual que el guiño provocador que me soltó.

—Ya no —Tae se sienta a su lado dejando el hueco libre del lado de Jimin y mueve la cabeza para que me siente a su otro costado y yo antes de llevarle la contraría decido hacerlo.

Penthouse #Wattys2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora