CAPÍTULO 20: KAIPASAO

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—Os invito yo —parece que a mi hermano le gusta, cómo bien diría Ann: ser nuestro sugar daddy.

—No esperaba menos de ti.

Ramón pasa de mi comentario y se va directo al mostrador acompañado de las risas de todos. Busco con la mirada a mi mejor amigo, que se encontraba—para mi sorpresa— conversando felizmente con Antuán y J-hope.

—Lo siento chicos, os lo robo —el italino me fulmina con la mirada mientras que J-hope se ríe ante el gesto de su amigo.

Una vez nos alejamos un poco me choco con los ojos negros de Jungkook que menea el móvil con picardia.

"Mensaje"

Jeon Jungkook: Alex, te espero en el parking en tres minutos.

Alex Lee: ¿Cómo tienes mi número?

"Nuevo Mensaje"

Kaipasao: Adivina.

"Fin de los mensajes"

Guardo el móvil en el bolso sin apartar la vista del tatuado que me guiña un ojo antes de salir por la puerta con esa sexualidad que tanto le representa.

—Hola, soy Kai —se posiciona en frente tapando mi visión—, ¿te acuerdas de mí?

—Imbécil —me rodea con sus brazos, a lo que me intento zafar pero hace su agarre más fuerte —: Atrapadaaa.

Ayudaaa —responde alargando las vocales igual que yo.

Ambos nos empezamos a reír ante la estupidez que acabamos de hacer, pero un Jin que se dirigía al baño pasa por nuestro lado y sin mirarnos suelta:

—Ridículos.

Nuestras carcajadas se vuelven más fuertes debido a su comentario tan repentino, a lo que a Kai no le queda más remedio que liberarme. Una vez nos calmamos ante la risa tonta que nos había entrado le digo:

—Antes de nada —me posiciono un mechón por detrás de la oreja—, ¿qué pasó con Ann?

—Ya sabes —ensancha la sonrisa al recordar, vete tú a saber el qué—, vivimos un momento un tanto... —al no saber bien cómo expresarlo, de sus labios solo sale en tono provocador—: Mmmh mmmh.

—Vale, vale lo he entendido —le doy un empujón debido a que se había acercado a mi oído para representar sus soniditos —. ¿Tienes la llave del dormitorio? —Niega con la cabeza, intento juzgarlo con la mirada, pero no puedo, yo soy igual—: Me lo imaginaba, pídele a Antuán la llave y no dejes sola a Ann.

—¿No vienes con nosotros? —Sabe muy bien mi respuesta, por lo que antes de cruzar el umbral me giro para decir:

—Ya sabes, yo también quiero mi momento: Mmmh mmmh.

Salgo del local apresuradamente, por fin vamos a volver a estar a solas para descargar la tensión acumulada que llevamos guardando desde que nos besamos.

Al salir, la noche crea un ambiente más íntimo, incluso relajante. Voy en dirección al parking y al doblar la esquina mis ojos buscan desesperadamente encontrarse con los de Jungkook.

Una figura familiar se hace de notar a la luz artificial del recinto: es él, incluso más guapo que hace unos minutos. Su pantalón negro vaquero ajustado hace que los músculos de sus piernas se noten a cada paso que da. Su camisa violeta oscuro bien arremangada juega con mi corazón ya que a cada movimiento se entreabre más y más dejando su pecho al descubierto—parece ser que alguien no necesita abrocharse los tres primeros botones —. Sus anillos de plata y su sonrisa tienen una batalla para ver quién brilla más, pero hay un inesperado ganador: sus ojos. Esos con un brillo tan especial que son capaces de iluminar hasta el último ápice de oscuridad en el mundo, ese es él, Jeon Jungkook.

Penthouse #Wattys2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora