Penthouse #Wattys2023

T.2 Capítulo 7: Vendetta

Vendetta era una expresión muy conocida dentro del diccionario de los mafiosos y que el Señor Kim amenazara a Jungkook con ella no traería nada bueno...

Puesto que Vendetta es venganza, y no una común exactamente; porque crear un estado de enemistad a toda la familia de la víctima —los Jeon— es lo mismo que empezar una guerra. Producirse una rivalidad de estos dos clanes sólo causaría problemas ya que ambos son de las mafias más poderosas de la época—sin contar la mía por supuesto—.

Y que hayan tenido una alianza desde tiempos remotos implicaría romper un pacto que va más allá del dinero sería una total catástrofe. Es más, si el motivo principal fuera por culpa de los hijos...

Estoy segura que mi padre está al tanto de esto y lo peor de todo es que lo estará disfrutando. Debido a que si estas dos familias rompen, su paso por convertirse en uno de los mafiosos más grandes de la historia será pan comido. Porque no podemos olvidar que Reino Unido es aliado tanto de Corea del Sur como de Arabia Saudita y el exilio de cualquiera de las dos mafias supondría pérdidas abismales. Por no hablar del grupo liderado por mi hermano, porque estoy segura que los BTS por mucho que intentarán hacer la vista gorda, los asuntos familiares acabarían creando una rivalidad innata para el clan aislado.

En resumidas cuentas todo sería problemas, y seguro que estáis pensando el por qué le doy tantas vueltas a este asunto cuando en todo caso yo, al igual que mi padre, solo recibiría beneficios de la supuesta separación de ambas mafias. Y ahí es donde os equivocáis, porque yo soy una pieza muy importante en este tablero y la única responsable de moverla la cual dependiendo de mi decisión crearía dos realidades totalmente distintas:

Ayudar a mi padre o arruinar a mi novio.

La indecisión de mis pensamientos van creciendo en mí, hace tanto tiempo que no me preocupo por los asuntos de la mafia que se me ha olvidado cómo se hace, o quizás es que nunca me enseñaron a hacerlo.

—¿Qué tanto piensas, Alex?

La voz grave de Jungkook hace que mis suposiciones tomen un segundo plano para centrarme en la simetría de su cara. Sus dedos seguían peinando mi cabello desde la raíz hasta la punta mientras que mis brazos rodeaban su firme torso desnudo respirando cada esencia de su piel.

—Hueles a mar. —suelto sin pensar.

—¿Eso es bueno? —Cuestiona aún sabiendo mi respuesta.

No contesto, porque nos callo con un beso con sabor a sal. Porque así es Jungkook, arde en la herida de mis labios entrecortados y me refleja el cielo en las olas de sus pupilas mientras que yo prefiero esconderme en las rocas de mis mentiras...

—Deja de preocuparte, Alex —suspira—. No te pega darle tantas vueltas a las cosas y menos a los asuntos de la mafia.

Ahí está, el faro de luz que tanto he oído alardear y perdón por tanta metáfora pero no encuentro mejor manera de expresar lo que me hace sentir. Hace un momento me cuestionaba hasta el aire que respiraba, y ahora me siento abrumada por todos mis sentimientos que me dicen que lo correcto es él, siempre es Jungkook. Y es algo que con los días me voy dando cuenta que tenerle crea la misma estabilidad que precipicio en mi vida. Al estar juntos, quedamos que no se hablaría nada de mafia, ¿pero cómo no hacerlo? Si hasta lo que siento por él me recuerda a ella.

—Me tengo que ir.

Sin darle tiempo a reaccionar huyo de su cuarto lo más rápido posible con pasos torpes y con el ruido de mi nombre que se va volviendo cada vez menos claro a medida que me voy alejando. En mi escapada me choco de pleno con Jimin que me mira sin entender mientras que yo me pongo los zapatos a pesar de los intentos en vano de Ann de preguntarme qué me pasa.